Los besos de Emily.

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Después de contarle a Sarah ella grita y le agradece al universo, Sarah es mejor estudiante que yo (probablemente porque Lee le hace las tareas), sin embargo es mala en cálculo como casi todos en la escuela.

Y según lo que me cuenta el examen estuvo mega difícil, así que está más que feliz con recuperarlo aunque sea en la nota mínima.

—Es en parejas, ¿no? —pregunta aún emocionada y yo asiento—. ¡Mejor aún! Iré a buscar a Lee.

Y antes de que la intercepte ella corre en su búsqueda. Cuanta traición.

Adiós a mi compañera de trabajo.

Claramente mi intención al buscar a Sarah era que hagamos el taller juntas, ya que, ¿con quién más lo puedo hacer? Todos me odian y los que no me odian probablemente ya tengan pareja.

El timbre suena anunciando que el recreo terminó y ni siquiera pude comer algo.

Ahora sigue el examen de física, y dios se apiade de mí.

14 de Julio/2017.

Tengo examen de francés y mi cerebro está por estallar, recordar verbos irregulares en francés no se me da.

Probablemente no quieran entrar en mi cabeza porque estoy muy ocupada pensando en memes de gatitos llorando y en cuál podría ser mi compañero o compañera en el taller.

Y hacerlo sola no es una opción, primero porque estoy segura que se me haría más fácil entender ruso que entender cálculo.

Así que hoy voy al colegio con una meta clara:encontrar al compañero perfecto (o pagarle a alguien para que me haga el taller), nada puede fallar.

— ... ¿y qué tal vas tú con el taller? —pregunta Sarah.

—Tan mal como se puede ir, ¿y tú? —le doy una sonrisa falsa.

Aún no perdono su traición al dejarme sola en el trabajo, entiendo que Lee sea su novio, ¡pero yo soy su mejor amiga y ahg, no puede hacer todo con su novio!

—Lee y yo empezamos el trabajo ayer, pero luego nos ocupamos en otras cosas —sube y baja sus cejas continuamente, no evito hacer una mueca la cual hace que Sarah suelte una carcajada.

—No quiero saber de tu vida sexual, gracias, pero no, gracias.

— ¡Hablaba de que nos quedamos viendo películas! —dice aún riendo.

Me detengo al llegar a mi casillero, mi humor es bueno ya que es viernes, los viernes por sí solos son un motivo de alegría.

De no ser porque en el fin de semana me espera un taller más grande que mis aspiraciones en la vida, el cual por cierto ya vi y dios mío santísimo, el profesor sí que quiere hacernos la vida imposible.

¡Ese viejo nos odia!

— ¿Aún siguen dejándote notas? —no me había percatado de que había tomado la nota hasta que Sarah me habla.