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Esa misma noche, mientras todos dormían, una sombra se movía por la cubierta.

— Vuela pequeña— y de entre las manos de aquel hombre salió una paloma blanca con un mensaje en la pata. El hombre miró a ambos lados comprobando que nadie le hubiese visto y volvió a su camarote.

Mientras tanto Luc se despertó de golpe en su cama, tenía la blusa empapada de sudor y pegada al cuerpo; después de asegurarse que estaba en su cuarto se levanto y se puso de pie.

— Qué raro— dijo intentando averiguar por qué había tenido ese sueño; en el aparecía Ice que le abordaba de nuevo, pero esta vez no había nadie para ayudarlos y por alguna extraña razón Luc no conseguía empuñar el sable contra ella.
Sonrió al recordar a la mujer, era un poco más bajita que ella, más o menos de su altura, su pelo largo y rubio brillaba con el sol, y su piel pálida quizá un poco enfermiza, pero lo que más le había llamado la atención eran sus ojos azules, no como el mar ni el cielo, sino como el cristal, no era un azul que en si fuese especial, pero no se veía a menudo... Luc sacudió la cabeza porque pensó que le estaba jugando una mala pasada por el sueño, pero incluso ella reconocía que la mujer era despampanante en varios sentidos, y con estos pensamientos volvió a dormir.

Llevaban una semana navegando y no había ocurrido nada especial, cada dos días James se reunía en el barco de Luc para redirigir el rumbo y tratar algunos dilemas. La confianza entre Luc y Tobías, que así se llamaba su segundo temporal, no había mejorado en nada, se trataban ambos de forma cordial y el Segundo acataba las órdenes sin rechistar, pero el contacto entre ambos era meramente de trabajo; Luc sabía que lo había visto antes pero no sabía dónde, y que Tobías le mintiese al decir que no se habitan visto la preocupaba.
Después de un tiempo más, la Capitan anunció que en dos dias desembarcarían en la isla, y que tuviesen mucho cuidado porque era muy probable que hubiesen piratas por esas zonas. Esa noche nadie dormió demasiado, de hecho algunos marineros a la mañana siguiente aseguraron haber oído pasos en la cubierta y a alguien susurrando; nadie les tomó demasiado enserio.
Por fin avistaron la isla.

— Capitán —dijo un marinero, — hay un barco.—

— Echad el ancla.
Preparad los botes, vamos a desembarcar— anunció Luc.

Una vez en tierra hicieron recuento de hombres; de cada nave habían bajado casi todos los hombres, y se habían quedado cuatro, entre ellos Tobías para vigilar la retaguardia y cuidar las naves.

— Nos dividiremos en dos grupos, manténganse juntos y atentos— Luc dio indicaciones de dónde podría encontrarse el tesoro y se comenzó a mover con su grupo.
Llevaban un rato caminando entre las altas plantas, estaban cansados y sudorosos y la humedad no ayudaba a mejorar la situación. Luc concedió un alto para descansar, mientras se quitaba la bota para sacar unas piedras se preguntaba qué como era que no hubiesen visto piratas. Siguieron caminando un rato más hasta vislumbrar una alta construcción bastante antigua, parecía una pirámide escalonada, pero en vez de acabar en punta, está estaba cortada.

— Cartógrafo— dijo Luc, — tome nuestra posición y dibuje como pueda un mapa. Mientras necesito que seis hombres me acompañen, que otros seis se queden con el cartógrafo y que los demás vuelvan para avisar al grupo de James.— A todos les pareció una buena idea y nadie propuso nada distinto.

Nadie sabía que estaban siendo observados por unos pares de ojos. Aquella figura oculta se movió con velocidad hacia un punto perdido entre la costa y la extraña pirámide para dar comienzo a el plan.
Mientras Luc y sus hombres seguían ajenos a lo que sucedía en sus barcos.

Nada más perder de vista entre la maleza a los marineros, Tobías indicó a sus amigos a que subiesen al barco. De forma sigilosa los piratas fueron subiendo al navío y asesinando a los pocos que quedaban en el. Fue todo rápido y silencioso, y pronto tomaron una nave, pero cuando fueron a comprobar cómo iba la carnicería en la otra nave la campaña de alarma de esta sonó.

Surcando Nuevos MaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora