Enemigos comunes

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Ice sonrió ampliamente cuando estrecharon sus manos; se la veía contenta, la verdad es que estaba cogiéndole el gusto a encontrarse con aquella marine, la cuál ya la había salvado el pellejo en más de una ocasión.

—Respondiendo a tu pregunta—dijo para llamar la atención de Luc.—La maldición me obliga a entregarle al mar un numero bastante alto de almas como tu bien habías dicho. Lo que Calip por lo visto no te ha contado es que por mi parte también tengo que hacer un sacrificio para que sea reconocible de quien es.—

—Vamos que tienes que" firmar" ¿no?—dijo Luc haciendo un gesto de comillas.

—Se podría decir. Tengo que "firmar" porque dicha hechicera, que por cierto es Calipso, tiene a más gente haciendole favorcillos—.

_¿Es la madre de Calip?_ Estaba bastante sorprendida, y por el asombro abrió la boca; en cuanto se dio cuenta la cerró, Ice la vio y le hizo gracia, pero no dijo nada.

— Lo es.—
— Y antes de que preguntes te diré que Calipso no le tiene ningún aprecio a su hijo, creo que una vez le dijo algo de que era una deshora y no se qué más.—

— Vaya...— se hizo el silencio. Luc observaba como Ice fruncía las cejas, y sabiendo el motivo la dejo pensar sin molestarla.

— Si hay una cura— Después de unos minutos sin hablar Ice interrumpió porfin los pensamientos de su invitada.
— Te acuerdas de aquel mapa que tenías...—

— El cual me lo robaste— añadió Luc con una pequeña sonrisa.

— Ese mismo— respondió Ice a su vez.
— El caso es que el tesoro al que llevaba era otro mapa, el cual a su vez lleva a otro tesoro. Pero este es más peligroso, es el Corazón de Calipso y...—

Luc la volvió a interrumpir— He oído algo sobre el, dicen que la diosa del mar concede dos deseos a aquel que de lo devuelva.—

— Cierto es.—

— Pero nadie ha conseguido todavía llegar hasta el, dicen las leyendas que hay que atravesar montañas de hielo, luchar contra el peor monstruo de todos los tiempos y por sí fuera poco hay un guardián alto como un árbol y fuerte como la roca, con colmillos y...—

Ahora fue el turno de Ice de interrumpir.— Lo del guardián no es del todo cierto, ya que este murió.
El caso, nos estamos desviando del tema; te necesito para que me ayudes a encontrarlo.—

— ¿Yo? Pero si tus tripulantes me odian, además, no me alío con piratas.—

— Había que intentarlo— dijo Ice con cara de abatida, se había hecho la ilusión de tener una nueva compañera. A Luc le entristeció esa cara, había decidido que no le gustaba verla triste, pero no podía quedarse con ella, la acusarían de traición a la corona y piratería.

— Lo siento—

— no llegaremos a tierra en un par de días así que te propongo hacer convivencia con los demás— su tono se había vuelto áspero. — Te puedes marchar— dijo despidiéndola.

Luc se sintió bastante dolida cuando la hecho literalmente fuera de la sala y le fijó que no la molestasen, le parecía que cualquier tipo de amistad que se hubiese podido crear entre ellas dos había desaparecido.
Mientras cavilaba en sus pensamientos subió inconscientemente los escalones hasta llegar a cubierta, se le había olvidado que no era su barco, y que allí la gente la odiaba; por eso cuando se llevo un puñetazo en la mandíbula no lo pudo ni ver y callo de culo al suelo. Agarrándole la barbilla miro al que le había encajado aquel puñetazo, era un joven el cual no le debía sobrepasar mucho en años, pero la piratería ya estaba comenzando a hacer estragos en su joven y puede que en otro tiempo bella cara.

Surcando Nuevos MaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora