En peligro constante

9 1 0
                                    

Luc se despertó atada al mástil del barco pirata y despojada de sus armas, alguien debía de haberla echado un cubo con agua por qué estaba empapada.

—Hola princesa— hablo uno acercándose a ella, Luc casi vomita cuando le huele el aliento. —Aceptas hacerlo en el suelo— dijo sonriendo de forma lasciba. Luc sonrió y le hizo un movimiento para que se le acercase, el hombre sorprendido se acercó y le fue a colocar las manos en la espalda, cuando se ganó un cabezazo de la mujer que lo dejo inconsciente y sangrando por la nariz.

— Vaya, a la Capitana le gustará saber que todavía hay mujeres que saben defenderse— dijo un hombre delgado y estirado con el pelo negro y con un traje oscuro a pesar del calor que hacía.

— No hablen con mi prisionera.—
A Luc se le erizo el bello de los brazos al reconocer la voz.

— Veo que te has despertado, perfecto para una diversión matutina— dijo mientras le desataba las manos para poder llevársela, pero una vez suelta Luc se incorporó y le pego un puñetazo tirándolo al suelo, el otro hombre de negro también se ganó uno en el estómago, pero cuando iba a correr para saltar por la borda recibió una patada en el estomago haciendo que acabase de rodillas en el suelo.

— Puta— dijo Jack mientras la agarraba del pelo y la hacía mirarle a los ojos, — iba a controlarme un poco, pero no lo voy a hacer para nada.— Se inclino más y le susurró al oído — te van a oír gemir y gritar hasta en tu propia casa.—

— Alto— dijo el hombre de negro apartando a Jack. — La Capitana fue estricta, nada de relaciones en el barco.—

— Si no está aquí— dijo a Jack, — quítate de en medio y quizá la comparta contigo— pero no se movió.
— Imbécil apártate—

— Nadie insulta a mi segundo— dijo una voz femenina bajando desde las velas.

— Ice— dijo el hombre de negro mientras inclinaba un poco la cabeza y dejaba paso a la mujer.

— Capitana— dijo a regañadientes Jack.

— Creo que la última vez dejé bien claro lo de las relaciones en el barco marinero— se veía que la Capitana estaba molesta, muy molesta.

— Es una vieja enemiga— dijo Jack intentando hacer que le diesen la razón.

La mujer se inclinó hacia la prisionera y elevó su mandíbula.
— Que sorpresa, si es mi querida colega— dijo con sarcasmo, — veo que te has buscado a un enemigo muy chungo querida, así no te vas a poder cuidar— y rompió a reír.
— Me la quedo— dijo hirguiendose y poniéndose muy seria, miró  a Jack a ver si objetaba algo, pero la mirada que le puso no le dejó rebatirla.

— Llevadla a mi camarote—
Dos hombres la agarraron por los hombros.

— Y que ha nadie se le ocurra tocarla.—
Luc fue llevada a rastras y encerrada en una habitación, el golpe en el estomago la había dejado destrozada, además con la pelea de puñetazos se había abierto de nuevo la herida culpable de estar metida en este lío. La cabeza le dolía y no podía pensar con claridad, logró asumir que se encontraba en un barco pirata, el mismo que un tiempo atrás les había atacado, y era consciente de que con Jack por ahí no podría bajar la guardia; pero no pudo más y cayó dormida, justo antes de perder la consciencia del todo pudo oír cómo alguien metía la llave en la cerradura, y se sumió en un profundo sueño.
Cuando recuperó la consciencia estaba atada de nuevo, pero ahora estaba tumbada en un lecho y eso hizo que abriese los ojos temiéndose lo peor. Intentó incorporarse rápidamente, pero unas manos suaves y finas la obligaron a permanecer tumbada.
— Quieta o harás que los puntos te salten— dijo una mujer a la que no había visto antes y a la que se veía enfadada. Luc la miró sorprendida y se puso nerviosa, la mujer tenía las manos ocupadas con un hilo y una aguja y estaban llenas de sangre, sus manos no parecían suaves, eso quería decir que tenía a alguien detrás...

Surcando Nuevos MaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora