Señorita Narco

No las odies, son hermosas

Una semana después.

Últimamente me la e pasado agusto con Isabella, es una muy buena persona y amiga.

De hecho en estos momentos
vamos a pasear a un lugar mas allá de el panteón, me encanta la vista.

-Oye...- dice ella en un intento fallido por captar mi atención.

-Que...- respondo sin quitar la vista de mi celular.

-Pelame.- me grita

-Laaa.-  digo tratando de reir mas.

-Ya, pelame, vine a pasarmela contigo como para que no me estes hablando, y estes entretenida en tu celular hablando con alguien mas.- dice mientras me arrebata mi celular.

-¡OYE! ¡DÁMELO ES MÍO!.- grito y forzajeo mi celular.

-¿Como que tu primo? ¿Jesus?.- dice leyendo los mensajes.- Danna, mm, Danna, ¿No quieres mandarle una foto de esto...?.- pregunta mientras me devuelve mi celular.
Saca una pistola de un estuche algo grande...

-Eeemm... Y-yo.- trago saliva con nerviosismo.- N-No me lo... am. Que b-bonita esta.- digo mientras froto mis manos en mis piernas, y veo que mis manos sudan mas de lo normal.

-No tengas miedo... Yo a ti no te hare nada nunca.- dice tomandome de el brazo.

-¿N-no qui-quieres meter eso en donde estaba?.- apunto a la pistola que tiene en sus manos.

-Primero mándale una foto de mi bebe a tu amiga para que vea que no debe de meterse con mi novio.-dice mientras pone el estuche de la pistola en mis piernas para que yo tome la foto.

Mis piernas tiemblan, tiemblan mucho. Es el miedo... Tengo miedo. No paro de mover mis piernas al compas de mis manos pero trato de mantener la calma, la compostura, no debo de demostrar miedo. No debo.
Tomo la foto de dicha arma y se la mando a mi amiga, esperando y rogando que no se alarme, que no tenga miedo y piense que solo es una broma... Espero.

Me disculpo.
Me odio en estos momentos por hacerle esto a mi amiga. Pero tengo demaciado miedo.

-L-listo.- digo mientras trato de deshacerme de esta horrible cosa que esta en mis piernas.

-Que parte de no debes de tener miedo, no entiendes.- dice tomando el estuche, cerrandolo y metiendolo debajo de el asiento del carro.

-Y-yo... No es eso... Odio las pistolas.- suelto de pronto.

-No las odies, son hermosas.- rie.

Yo solo permanesco en silencio tratando de reflexionar lo que acaba de pasar.

Pasamos mas de 30 mimutos adorando el paisaje hermoso.
Hablando de diferentes temas pero no de armas, esta vez.

Yo jamás usare una pistola, nunca>>