Llorar En Silencio

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Mi segundo dia aquí, platico con Isabella y Danna, a veces, pero no evita que me aburra.

Nada nuevo ni que contar, solo seria relleno para mi vida esto.

(Al dia siguiente)

¡Al fin! Mañana nos vamos. Mañana lunes.
Le avisare a las chicas que ya mañana en la mañana me ire. Asi que entro a mi WhatsApp para asi, mandarles mi felicidad en mensaje.

Comienzo por Danna a la cual creo yo se pone feliz.

Sigo por Isabella, pero ella lo toma distinto.

Dania: Isabella, que mañan en la mañana me voy🙏😌

Isabella: Quieres que vaya por ti❤?

Dania: ¡No! No es necesario, nosotros contrataremos un auto qué nos lleve, no cobran mucho, pero gracias por ofrecerte a ayudarme😍😍

Isabella: Anda, que yo haciendo el bien, soy feliz.

Isabella: 🙏🙏🙏🙏⚡😰

Dania: Isabella, no creo que sea necesario, cuando te nececite yo te aviso, asi haras el bien.

Isabella: Porque estas tan rara?

Dania: Así naci, te mensajeo después, y otra vez gracias por querer ayudarme.

Me safo de inmediato, si a Isabella se le llega a ocurrir venir, se desata la tercera guerra mundial. Bueno no, pero casi.

***

-¡Despiértate demonio!.-saltan encima de mi.

-¡Ya se les esta haciendo costumbre despertarme temprano!

-Lo se.-se levanta Alex.

Me levanto con pereza, hago lo que tengo que hacer, me despido de los abuelo y de mi tía favorita, la única favorita.
Mis primas se despiden de Kevin pero no de Alex porque según ellas es un gruñón, que de seguro es marica.

Hacemos lo mismo que de venida hacía acá. Mamá, Elián, Arnoldo y Kevin subiendo miles de cosas a los autos y Alex y yo flojeando.
Me recargo en el brazo de Alex y cierro los ojos. Por poco y me quedo dormida pero me despiertan. Su maldita costumbre.

Salimos, con el frío que se colaba por nuestra ropa. Mamá y los demas se van primero, Alex y yo aprovechamos para regresar a la casa de la abue y desayunar.

Después del desayuno delicooso, nuestro viaje comienza. Elián dijo que tomaríamos un atajo para llegar en menos de una hora, lo cual es estupidamente ironico ya que nos hizo tomar de venida un camino innecesario de casi 7 horas. Supongo que nos hizo dar vueltas, para asi truristear un poco.

Alex toma el atajo que no es por la terraseria, si no por la carretera.
Mientras el sol casi tiene ganas de salir por las verdes montañas, los amaneceres son una de mis cosas preferidas en el mundo, lo que nos indica a todos que es un nuevo día, para seguir viviendo, para intentar remediar las cosas que hicimos ayer...

-Alex, me encanta el coche este.

-Si, es muy bonito. Así como tú.

-No lo arruines

-Ya vas a empezar.-ruedo los ojos.

-Es blindado, ¿no?.

-Si, es algo preciado de papá, se me hace extraño que nos lo prestara, porque...-se escucha un disparo en lo trasero del carro, el sol cubre con su cálida luz toda nuestra vista. Y podemos ver a sicarios de nuestra banda que apuntan al carro de ¡Isabella!

El carro se orilla y mis ojos estan sentrados en el, mi cabeza no funciona, no funciona como de costumbre.

-¡FRENA EL AUTO, QUIERO IR A DONDE ESTA ELLA!

Y asi Alex lo hace, da una vuelta con cuidado de no caer al voladero de el gran cerro en el que estamos.

Me bajo de la Hummer, y corro, pero Alex me detiene, jala de mi suéter y yo en un intento desesperado me safo de las mangas y corro. Mis pulmones llenos de el aire helado que me lastima no me detiene.

Llego con toda la desesperación del mundo y abro la puerta, veo a Isabella recostada en el asiento.

-No isabella. No, te dije que no vinieras. Te lo dije.

Ni siquiera me preocupo en ver en donde le han pegado los balazos.
Ella dice algo que no comprendo. No pongo atención, mis pensamientos fluyen pero ninguno es bueno.
Ella mira algo detras de mí, supongo que es Alex.
Lo mira con algo indescriptible.

-¿Es tu novio?

-Eso no importa ahora. Eso lo hablaremos despues.

-Deseó que sean felices.

-Isa.

-Te quiero...-susurra y cierra los ojos.

Grito desgarradoramente, y la llevo contra mí. La abrazo con fuerza, trato de parar la sangre que ni se de donde sale, pero no puedo, es mucha, me llena por completo. Alex me toma de la espalda. Volteo a verlo y el pone sus dedos en la muñeca de Isabella, no dice nada, solo inclina la cabeza.

Trago saliva y lloro, solo lloro.

Alex me aleja de ella. Me toma en los brazos y me hecha al asiento trasero del auto, donde me recuesta con cuidado.
Lloro en silencio todo el camino. Llorar en silencio...

Señorita NarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora