Al igual que una carrera los días volaron. El encuentro de Elizabeth con Hak Yeon fue el primer paso para una denuncia que estuvo en primera plana a la mañana siguiente. La princesa del infierno estaba en boca del lobo otra vez.
Poco pudo hacer su padre para hacer desaparecer la noticia; los periodistas se pelearon el titular poniendo que la misma mujer acusada de pedofilia e infanticidio años atrás aparecía de nuevo con otro nombre pero un crimen similar. Los abogados de su padre corrieron a amenazar a WonSik pero como todo se había difundido tan rápido y los colegas del abogado trabajan junto a la policía, poco pudieron hacer.
El juicio fue fijado cinco semanas después, la investigación no duraría mucho gracias a las gestiones de Won Sik y gracias a lo mismo Hongbin y Hyuk pudieron regresar a su departamento tres días después de la huida. Todo sin duda estaba saliendo como Hak Yeon lo había planeado y su emoción no hacía más que aumentar.
Por un lado las cosas parecían ir bien, por un lado se veía la justicia actuar, pero por el otro un manto de oscuridad se cernía.
Hyuk no dejo de ir al trabajo y luego a la universidad, justo como antes hacía todo lo posible por ver y consentir a Hongbin. Pese a todo el chico no volvió a comportarse amigable con él, cerro su mundo y escondió todo el progreso en un silencio desgarrador. En medio de todo este problema los padres del médico, preocupados y molesto, visitaron al chico en su departamento una tarde en donde Hak Yeon había estado intentando sacarle más antecedente a Hongbin y la escena no fue agradable en absoluto.
Tres meses eran los que Hyuk llevaba lejos de su hogar, tres meses de no llamar ni una sola vez. Su madre furiosa se sentó en el sillón de cuero negro con los ojos acusantes y su padre por otro lado pidió una inmediata explicación de lo que sucedía. HakYeon en medio del asunto no hizo más que llevarse a Hongbin con él pretendiendo que eran amigos haciendo una visita.
Cosas como esa Hyuk ya no las podía soportar. Las mentiras, la actuación en nombre del bien ¡Era inaudito! Cansado y aburrido de todo, cierta tarde, se quedó de pie en medio de la calle. El calor asfixiante de ese día de otoño nada tenían que ver con el mundo, nada tenían que ver lo que tenía atorado en el pecho. Sus ojos ya vacíos vieron en un pasado borroso el día en que Hongbin llego al hospital. Enfermo, pálido, sucio, delgado; el chico era nada y todo al mismo tiempo, era un ángel atrapado en ese cuerpo ingenuo.
Hyuk intentó imaginarse una vida sin Hongbin, intentó pensar en Ken y en cómo serían las cosas si ese chico no hubiese salido de su casa aquel día. Con lo que sabía podía fácilmente imaginar dos posibilidades. La primera decía que Hongbin habría muerto por la desnutrición y neumonía lo que habría impedido que se conocieran, él seguiría con Ken y vivía con sus padres. La segunda decía que Hongbin se hubiese quedado en casa bajo el alero de Elizabeth hasta morir de todo modo, y la chica seguiría secuestrando personas para poder masacrarlas. Su historia seria la misma.
Suspiró. Justo como decía WonSik y HakYeon, lo que estaba ocurriendo era necesario él, con certeza, era una luz para la sociedad.
A tres días del juicio Hyuk entro en su departamento, como nunca estaba en silencio. La televisión estaba pagada, la cocina con un plato sucio y su maletín del trabajo tirado en el suelo. Sin dejar que el cansancio lo consumiera recogió su maletín y caminó hasta la habitación de Hongbin.
–Quedan tres días –Hyuk se sorprendió. Hongbin no decía nada más que monosílabos esos últimos tiempos y francamente oír su voz era como un sueño eterno de pura felicidad.
Hongbin no volvió a acercarse a Hyuk durante esas semanas y el medico creyó que debía dejar de lado su romance unilateral.
–Siento no infórmate sobre eso ¿estas molesto? –los ojos oscuros de Hongbin se posaron sobre los suyos, su aliento se congelo.
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Yerro (Hyukbin)
Fanfiction"¿Qué es lo que lleva a una persona a errar?" Hongbin era un cautivo. Lo fue antes, lo era ahora y lo seguiría siendo. Un cautivo de sus pesadillas. Hyuk era un eterno soñador pero en alguna parte del camino, esas ilusiones comenzaron a desvanecerse.