Han pasado bastantes años desde que Frisk cruzó la barrera. Sus buenas acciones no fueron suficientes para sacarlos del subsuelo y su vida en la superficie está teñida de gris. Sin embargo, los monstruos no han abandonado la idea de salir de allí y...
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-¿Eh?
-Vaya, parece que a los humanos os da mucho reparo eso de enseñar el cuerpo, no lo entiendo.
-Costumbres sociales.
-Pues menuda tontería de costumbres eso de que unas partes se puedan ver pero otras no ¿Quién fue el tonto que pensó en eso? ¿De verdad te parecen lógicas?
-A ver, no mucho, pero ya sabes... ¿Por qué me lo estás pidiendo a mí y no a Alphys o Undyne? Seguramente te habrás fijado en que sus formas humanas sean diferentes a la tuya.
-Ellas aún no se han transformado.
-¿Por qué?
Sans me miró lanzando un suspiro, parecía que le aburría estar contándome tantas cosas.
-¿Puedo?- Dijo tirando de la esquina de la toalla que me envolvía.- No me mires con esa cara, no sé qué significa esto allí arriba pero yo solo tengo curiosidad, pronto habrá experimentos en mujeres del subsuelo y, teniendo un modelo real será más fácil detectar algún posible fallo. Sí, por si no era evidente ya, yo formo parte de esta investigación, bueno, más bien estoy al mando. Así que, ¿me dejas? Te invito a Grillby's a cambio.
Dejé de agarrar la toalla de tal manera que él pudiese retirarla con facilidad, tranquilizándome a mí misma mientras me repetía internamente que esto solo era con fines de investigación. Mientras observaba mi cuerpo me percaté de que parecía un niño pequeño descubriendo algo nuevo y fascinante para su mundo, así que me fui calmando al notar que solo curiosidad e inocencia se reflejaban en su mirada. Tocó su pectoral, para luego alargar la mano hacia mi pecho, estrujándolo como si de un trapo empapado se tratara.
-Para.- Exigí.
-No me digas que he vuelto a saltarme una de esas leyes sociales que tanto le afectan a tu moral.- Se burló.
-No.- Negué para no darle la razón tan fácilmente.- Duele.
-¿Duele? A mí no me duele.
-Pero a mí sí.
-Así que el cuerpo femenino tiene más debilidades.
-No te equivoques.- Contesté molesta por su comentario.- Vosotros también tenéis las vuestras. Y para de apretar, no es muy cómodo.
-Quiero saber hasta dónde llega el umbral del dolor.
-Sans, para, o me veré obligada a usar mi ataque especial.
-Heh, esa es una buena frase.- Apretó más, observándome con sonrisa burlona, me estaba retando.
Fijé mi vista en su entrepierna, calculé distancia, velocidad, fuerza.
Lancé una patada.
Sans cayó.
Sans se revolvió en el suelo.
Sans repitió la palabra "joder" tantas veces que llegó a un punto en el que se me hacía rara.
¡Sorpresa! Sans desapareció.
Vaya, alguien me agarró por detrás
Alguien agarró mi pecho por detrás
¡Sans!
Comenzó una guerra de atacar nuestras partes débiles. La situación era absurda y digna de arrepentimiento en un futuro, pero, en el momento resultaba divertida. Tomó mis muñecas y apoyó contra la pared, si bien tenía una toalla alrededor de la cintura su torso era perfectamente visible. Su forma humana era atractiva. Una cara bonita y traviesa siempre mostrando su enorme sonrisa, un cuerpo ancho en comparación a su altura, algo más alto que yo. Aunque su silueta era estilizada.
-¿Tienes más puntos débiles, eh, Frisk?
Se aproximó a mí y, en un intento de huida tropecé. Sans extendió su mano, con una mueca divertida. Oh, no, las cosas no iban a quedarse así. La tomé y tiré con fuerza de ella, tirándolo a mi lado. Me levanté con rapidez pero, en cuestión de milisegundos, me percaté de que el albino estaba encima mía, reteniéndome en el suelo.
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¿Qué le dictará la determinación a Frisk?
-Un poco más de tiempo forcejeando con Sans. Solos..., en el baño... desnudos... ¡Esta situación será muy embarazosa!
-Dejemonos de bromas y vayamos a comer. ¡Quiero una hamburguesa!
-Cualquier otra cosa.
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