Día Catorce

44 8 0
                                    

La siento removerse entre mis brazos y algo roza mi cara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La siento removerse entre mis brazos y algo roza mi cara. Su cuerpo se tensa en lo que llego a escuchar otra voz de mujer entre el susurro de Cecilia, pero me hago el dormido. Como hablan en italiano, no logro entender lo que dicen. Puedo deducir que es su madre y más incómodo me pone que vea a su hija compartiendo cama con otra persona. Al escuchar el nombre Kevin mi cuerpo se tensa, lo que me hace recordar aquel día que la trataba con tanta familiaridad que me hervía la sangre. ¿Quién en su sano juicio comprometería a un hijo? ¡Estamos en el siglo XXI! Escucho sus pasos hasta que Cecilia se mueve de nuevo y esos pasos alejarse hasta cerrar la puerta.

- Me agrada mucho más Amelia ya que tengo conocimiento de que soy aceptable para ella.- susurro escondiendo mi cara en su cuello- Buen día princesa.

- Buen día Gonzalo. ¿Cómo te sientes?- siento el contacto de su dedo sobre la venda. mis ojos se dirigen a la venda.

- No duele, lo cual eso es bueno.- se encojo de hombros. Ya me lo tendría que sacar- Mi enfermera personal supo cuidarme bien... Y le agradezco mucho por eso.- le sonrío y beso su mejilla- Pero es hora de levantarnos, hoy es el gran día y quiero que te concentres en el partido. Motivate con las personas que tenés alrededor, olvidate quien es tu contrincante, solo piensa en que el torneo es tuyo.- cuando quiero darme cuenta, el contacto de sus labios me estremece... ¡Wow!- Me encanta ese entusiasmo, debería hacerlo más seguido y recibir a cambio esos besos tuyos.- ¡Dios! Me dejó sin aire.

- Y tú deberías alentarme en vez de Damiano.- es tan ella en la intimidad...- Esos tipos de motivaciones como el tuyo me tienta a besarte hasta dejarte sin aliento...

- Como quieras cariño.- uno mis labios a los suyos- Lo haré las veces que creas necesario, estoy rendido a tus pies como para negarme a algo que vos quieras.- ahora sí la beso fuerte.

Sus dedos se enredan entre mis pelos y mi bóxer comienza a molestarme. Mis brazos rodean su espalda mientras seguimos besándonos como si no hubiera un mañana. La empujo hasta que queda de espalda al colchón y mis labios van a su cuello, decidiéndome entre succionar su piel o no pero estaría mal cuando tiene un partido por jugar... Como el de estar entreteniéndola cuando debería estar preparándose para la final. Ante el roce constante de nuestras partes, decido terminar con esto. Necesito estar en mis cinco sentidos o no saldrá de la cada en lo que queda del día, y eso que recién amanece.

A pesar de que no se lo tomó muy bien, soy yo el que tiene que bañarse con agua fría, muy fría. Le pido utilizar el baño para darme un agua rápido y no hacerla esperar, seguro que no tardarán en venir por nosotros de nuevo.

Al salir del baño la veo que está cruzada de brazos ya vestida para entrenar. Verla enojado es algo nuevo, aunque trato de no reírme. Ceño fruncido, sus labios como trompa y me mira mal. Trato de no ignorarla, si la miro de nuevo me tiro sobre ella y la haría mía como sea. Abotono la camisa que tenía puesta ayer, dejando los primeros tres botones sueltos. Puedo escuchar que carraspea unas cuantas veces y muerdo mis labios.

Sueño Correspondido © (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora