Un Día Después

36 7 0
                                    

El dolor en la nuca me despierta de golpe

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El dolor en la nuca me despierta de golpe. Con mis manos hago masajes sobre la zona afectada y abro los ojos, encontrándome solo en los asientos... Es de lo más incómodo, debería haberlo acomodado en semicama y lo hago antes de que lo olvide. Busco con la mirada a Cecilia, me pregunto por dónde andará.

- Pero mira quién está acá...- escucho la voz de Anthony y lo veo en el pasillo junto a Marie- Por un momento creí que ibas a estar muy bien acompañado, pero te dejaron más solo que a un perro.

- No estoy de buen humor como para aguantar tus malos chistes.- lo miro mal mientras sigo masajeádome el cuello- Es horrible dormir derecho, duele hasta el alma.

- En los de primera clase estarías bien.- dice Marie. Frunzo el ceño y mis ojos van de uno a otro.

- No me vas a convencer con que vaya con ustedes, nos queda un par de horas para aterrizar en San Pablo.- Anthony quiere contestarme, pero niego con la cabeza- Ni lo intentes, es mi última palabra.

- Allá está Cecilia, capaz te haga cambiar de opinión.- miro a Anthony y ni siquiera les puedo contestar porque me dejan solo con la palabra en la boca, no sin antes escuchar espero no sea sonámbula.

¿Sonámbula? ¿Es en serio? Están tan boludos que preferiría que estén borrachos y no lo digan de verdad. Decido no darle manija al asunto que esperar a Cecilia tranquilo. Apoyo la cabeza en el respaldo, y un quejido sale de mis labios. ¡La puta madre! Me olvidé de la contractura. Respiro profundo un par de veces con los ojos cerrados, al menos será un poco soportable. Puedo llegar a escuchar su voz desde acá, y por el tono que usa parece que la sorprende verlos.

No sé cuanto tiempo quedan conversando, estoy medio dormido cuando siento movimientos a mi lado y sin dudarlo al rodeo con mis brazos. Su cuerpo se tensa ante el contacto y no puedo evitar sonreír ante su reacción. Su cabeza se acomoda en mi hombro y suspira.

- ¿Te sentís cómoda?- alejo mi cabeza al notar que quiere mover la suya y me encuentro con sus ojos- Estos asientos son unos de los más cómodos que existen en los transportes, pero nada en el mundo quita a los asientos de micro de larga distancia sean lo mejor y yo mismo lo comprobé.- en lo que cabe, es mi parecer.

- Y no hay mejor cobertor que tu cuerpo, eres el abrigo que necesitaré cuando el frío me invada.- me río. Yo no se lo dije, así que fue Anthony o Marie- Debes saber que el frío y yo no somos muy amigables. Lo odio a decir verdad, prefiero una y mil veces el calor.

- Estaré para vos siempre que me necesites.- le pego más a mi cuerpo y unimos nuestras frentes- Si querés que sea tu abrigo, así será. Si querés que sea el hombre que esté a tu lado sin importar lo que digan los demás, así será también.- dios mío, ¿Quién me manda ser tan cursi?- Soy todo lo que vos quieras, no me negaré a nada de lo que me pidas.

- Eres indispensable en mi vida, no sé si te lo he dicho. Lo repetiré hasta el cansancio.- une sus labios a los míos y quedo embobado- Te amo y eso tampoco me cansaré de mencionarlo. Mi mundo gira alrededor de tí, porque tú eres mi todo y no te cambiaría por nada. Suena cursi pero es la sinceridad ante todo.- beso sus labios de nuevo y apoyo mi cabeza sobre la suya.

Sueño Correspondido © (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora