Día Seis

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Apenas pude pegar un ojo en la noche por dos simples motivos: ver dormir a Cecilia es una de las maravillas que tengo delante de mis ojos, y el segundo, aún más frustrante, es que mi cuerpo ardía al estar rodeado por sus brazos

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Apenas pude pegar un ojo en la noche por dos simples motivos: ver dormir a Cecilia es una de las maravillas que tengo delante de mis ojos, y el segundo, aún más frustrante, es que mi cuerpo ardía al estar rodeado por sus brazos. El calor es tan sofocante que apenas hacía el intento de respirar. Si por mí fuera, me entierro en ella pero ya de por sí fui muy apresurado en pedirle que fuera mi novia... Y es un sueño hecho realidad. ¿Si me imaginaba de que iba a aceptar? En realidad no lo pensé y en el momento que salió esa pregunta de mis labios, la primera sensación que me invadió fue miedo. Miedo de que me rechazara y se aleje de mi lado. Todo esto me lleva a que ese sueño que me invadió por años se cumpliera, y sea la misma Cecilia De Luca la mujer que invade mis pensamientos desde hace mucho tiempo.

Ahora no dejo de admirar su rostro, ya de por sí es difícil de ignorarlo. Tenerla a mi lado sin importar mi discapacidad no hace más que admirarla... También enamorarme más de lo que estoy de ella. Uno de mis brazos rodean su nuca mientras la mano libre se aferra a su mejilla, con las ganas de acariciarla pero lo último que quiero hacer es despertarla. Los disturbios desde alguna parte del departamento hace que se remueva de encima de mi cuerpo.

- ¡Cecilia!- una voz gruesa y distorsionada invade el cómodo silencio - ¡Díganme donde está! ¿Es que acaso no han visto los diarios? ¡Cecilia!- unos pasos fuertes se escuchan cada vez más cerca y temo saber quien es. La puerta de mi habitación se abre abruptamente y me tenso ante el enojo del hermano mayor de Cecilia- Cecilia, ¿Me puedes explicar que es esto?

- No sé a lo que te refieres...- el peso de su cuerpo ya no la siento y miro de reojo como no le desvía la mirada de su hermano- Te contestaría pero no lo sé.- ¡La puta madre! ¡Las portadas de los diarios! Trago saliva ante ese segundo que él me mira con enojo.

- ¡Estás en las portadas de todos los diarios! ¿Es que no te das cuenta que están rodeados de personas que buscan esto? No harán más que perseguirlos a partir de ahora...- le contesta furioso y la verdad, no fue de las mejores ideas.

- Si no te molesta Andrea, puedes retirarte. No quiero vestirme delante tuyo y al menos tengo un poco de dignidad para no mostrarme a medio vestir frente a tí.- siento como la sangre se me sube a la cabeza por el comentario de ella y trato soltar el aire que retenía en mis pulmones.

- ¿Por qué le dijiste eso? Solo tenés puesto una remera mía.- rompo el silencio cuando desaparece Andrea y me digno a mirarla a los ojos- Buenos días cariño...- susurro y no puedo evitar sonreír.

- Buen día mi caballero de armaduras.- une nuestros labios, pero ignoro como me llamó- Será mejor que nos levantemos y toparnos con Ramiro y Micaela para darles explicaciones sobre el teatro que ha armado Andrea por todo esto.- me mira un poco avergonzada por lo ocurrido y beso su frente.

Como es de costumbre, ejerzo de toda mi fuerza para sentarme y apoyar mis pies en el suelo, cuando un par de brazos rodean mi abdomen. La tan conocida corriente me sacude pero lo ignoro cuando ella hace el trabajo pesado de guiarme hacia la silla de ruedas. Con mi espalda apoyada en el respaldo, es mi turno de empujarla hacia mis piernas y es cuando ese mínimo roce hace despertar a mi amigo de allá abajo. No dudo un segundo en invadir su boca, y sus uñas se clavan en mis hombros antes de sentir que masajea mi cuero cabelludo. No puedo evitar gruñir al contacto de nuestras lenguas y ella me devuelve el beso con más intensidad. Me sobresalto al sentir su tacto en mi abdomen, me tenso cuando recorre todo hasta llegar a mi pecho, esa parte donde se encuentra mi corazón y late acelerado desde el primer contacto.

Sueño Correspondido © (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora