11; inútil

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Es complicado llevar la cuenta de los días cuando te encuentras en alta mar y cuando tu rutina se basa en lo mismo.

El capitán me había suprimido algunas tareas deleznables y ahora estudiaba por las mañanas, recibía lecciones de Namjoon, sobre cómo atar cabos y nociones básicas que debía saber cualquier pirata, por la tarde y clases con Min por las noches con la espada. Debía reconocer que el arte de la piratería no era lo mío, pero debía esforzarme si, como dijo el capitán, quería llegar a poder matarle algún día, ¿no?

Estaba seguro de que habían pasado semanas desde que mi día a día se volvió esa rutina tan agotadora. Iba adquiriendo conocimientos sobre navegación, las funciones de cada tripulante y en un par de ocasiones, el timonel me explicó vagamente cómo se orientaba y manejaba el barco... aunque, obviamente, no me profundizó sobre el tema. A decir verdad, dudaba que él tuviese una formación muy profunda sobre aquello. 


Estaba física y mentalmente agotado debido a que, de algunas lecciones de lectura y caligrafía, terminaba con dolor en mis sienes y luego asimilar todo lo que Namjoon me explicaba sobre el navío y sobre "el arte de la piratería" era igualmente agotador. Algunas noches en mi entrenamiento caía de rodillas al más mínimo movimiento de Min y éste me zarandeaba o me empujaba al suelo con la bota, donde luego me gritaba para volver a ponerme en pie. Y, tras el entrenamiento durante horas, raro era el día que no quería sexo antes de dormir. Sinceramente, no sabía si era mejor mis ocupaciones de ese entonces que las de limpiar el suelo y la ropa de los piratas. 


Min es de ese tipo de personas que están de un humor de perros siempre. Pocas veces era "delicado" conmigo, y no es como si lo fuese del todo. Simplemente se ahorraba los insultos y desprecios hacia mi persona... aunque era de agradecer. Creo que jamás le había visto sonreír por el momento, si excluimos las risas sarcásticas cuando yo hacía algún comentario.


Justo esa noche, estábamos entrenando en la popa del barco y mis piernas y brazos no daban para más. Sentía mis músculos sumamente cargados y adoloridos y, a cada embestida que la espada del capitán daba en busca de mi cuerpo, yo me tambaleaba y amenazaba con caerme a la madera del navío mientras frenaba el golpe con torpeza.

-Bien, descansemos -Dijo, clavando la espada en el mismo suelo y apoyándose en la empuñadura de ésta mientras yo me desplomaba en el suelo, sudado y con la respiración agitada como si hubiese estado huyendo de una banda de sicarios-. ¿Cómo rindes con Namjoon?

Me retiré el cabello del rostro y me mantuve con los ojos cerrados, disfrutando de la brisa que corría esa noche.

-Dice que progreso bien. Que soy brillante -Tras decir eso, le miré de reojo en busca de su... ¿aprobación? ¿enhorabuena?

Pero él sólo me miraba con el mismo semblante inexpresivo.

-Ya podrías ser igual de hábil con la espada, me ahorrarías mucho tiempo y serías de alguna utilidad -Cerré los ojos, no sé por qué esperaba oír un halago por su parte-. ¿Sabes ya leer?

Negué lentamente sin abrir los ojos y estiré mis extremidades en el suelo para tratar de relajar los músculos lo máximo posible en esa pausa.

-Se me da mejor leer que escribir, sin embargo.

-Algo es algo. 

El capitán avanzó hacia mí y abrí los ojos al oír sus botas sobre la madera del navío, observándole y sin intención de levantarme hasta que me lo ordenase directamente. Pero lo que hizo fue colar la espada bajo mi camisa desarrapada y desgarrar la tela hasta abrirla. Yo no me inmuté.

-Si tanto sudas, no tienes por qué mantener la camisa. No es como si me fuese a asustar por verte desnudo -Se le escapó una carcajada sarcástica y burlona-. Oh, sí eres útil estando desnudo, y se te da bien.

Apreté un poco los labios y le mantuve la mirada, desde el suelo. Desde esa perspectiva hasta podía parecer alto.

-No estoy cómodo sin ropa contigo, mi capitán -Mentí, incorporándome poco a poco mientras me quitaba del todo la camisa, dejándola caer al suelo. Me retiré el cabello del rostro y pude percibir el brillo de deseo tan característico y que tan bien conocía en su mirada. 

En un intento de atacarle y tomarle de imprevisto, avancé con la espada hacia él y tras un par de choques de ambos aceros, logré que se le escapase la empuñadura de entre los dedos y cayese lejos. Yo, sorprendido, coloqué la hoja de mi arma en su cuello, con las dos cejas alzadas en señal de sorpresa.

Pero Min no parecía tan sorprendido, molesto o asustado como yo lo estaba cuando quien me acorralaba con la espalda era él.

-No soy tan inútil al fin y al cabo, ¿verdad? -Dije, apretando mis dedos alrededor de mi espada con intención de degollarle al fin. Pero su risa me distrajo.

-Inútil y estúpido -Fruncí un poco el ceño-. ¿Te crees de verdad que no me he dejado acorralar? ¿Que puedes conmigo con un simple mes de entrenamiento? 

Cuando él bajó la mirada hice lo mismo, confuso. Y vi que tenía el cañón de su pistola en mi estómago desnudo. ¿Cómo no pude notarlo antes? Aun así, no quise ceder.

-Está descargada. No me harías daño -Respondí, repitiendo sus palabras cuando me amenazó por primera vez con la pistola-. Voy a matarte, Min Yoongi.

Él frunció el ceño y apartó el arma de mi piel para dispararla al aire, sin ningún blanco, y al escuchar el disparo de la bala siendo expulsada, me sobresalté ligeramente. Luego colocó el arma en mi sien.

-Es divertido que pienses que te considero más valioso que mi propia vida, ¿no crees? Si tuviese que tirar un tesoro por la borda para seguir vivo, lo haría.

Fui a clavarle la espada, pero él fue más rápido y me propinó un rodillazo contra el abdomen, doblándome acto seguido la muñeca para que soltase la espada y luego me pateó hacia el suelo, donde me desplomé con un quejido. Caí de espaldas, así que él apoyó la suela de su bota sobre mi cabeza y, pisando mi mejilla, me observó.

-Ha sido bastante erótico escucharte decir mi nombre, pero creo que prefiero el "capitán", rata -Dejó de aplastarme contra la madera y se agachó a agarrarme del pelo para hacerme levantar-. Vas a tener que mejorar mucho si quieres matarme, pero por el momento, el entrenamiento concluye. 

-¿Ya? -Pregunté, pues normalmente se alargaba bastante más, hasta que literalmente no me podía mantener en pie.


-Me has encendido, así que sí.

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⏰ Última actualización: Jun 02, 2017 ⏰

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