1O; aprendizaje

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No sabría decir cuánto pasó desde que Min y yo tuvimos sexo en su camarote, ni tampoco sabría decir cómo evolucionó nuestra relación. Él seguía dándome asco, seguía odiándole y seguía pareciéndome repugnante... pero llegó un momento en el que yo le buscaba. Yo buscaba su mirada; me gustaba cuando me observaba aunque fuese limpiar y sacarle brillo al navío. Cuando salía del camarote y yo estaba conversando con otros piratas, alzaba la voz para llamar su atención y sentir la mirada del capitán sobre mi nuca. Tan fría y tan cálida a la vez que me hacía estremecer.


Pero ese no era el punto. Ser el favorito del capitán, al fin y al cabo, tenía bastantes ventajas que fui descubriendo más tarde: nadie podía meterse conmigo, mis tareas dejaron de ser tan forzosas, comía lo mismo que el capitán... y lo mejor: dormía en su cama. Jamás había dormido en una y se sentía demasiado cómodo para ser real. Además, si pasaba frío, podía cubrirme con unas sábanas que no estuviesen medio rotas. 

¿Lo único malo de todos esos privilegios? Su compañía. A veces, Min no me buscaba para tener sexo, y era en esos momentos cuando me sentía desgraciado de nuevo... oírle hablar sobre saqueos, asesinatos o simplemente aguantar su presencia me resultaba algo incómodo. Él me pedía quedarme junto a él mientras estudiaba y trazaba nuevas rutas para navegar, y yo simplemente me quedaba observándole en silencio. 


Justo como en esta ocasión. Min estaba escribiendo en un cuaderno viejo y desgastado, haciendo algunas anotaciones sobre el mapa que yo no lograba entender.


-Park -Levanté la vista de mis dedos y le miré-. ¿Sabes leer? Me vendría bien que supieses dictarme esto.

Me tendió el cuaderno y yo miré las hojas, repasando la caligrafía con la mirada. Luego negué un poco avergonzado.

-No sé leer. Ni escribir.

-Oh -Escuché su risa burlona y me hirvió un poco la sangre, bajando nuevamente la mirada. Oí también cómo se levantaba del enorme y viejo sillón y se colocaba de pie a mi lado, dejando el cuaderno en la mesa-. Está bien.


Min tomó una hoja en blanco del cuaderno y mojó la pluma en el tintero, escribiendo en grande un símbolo que no pude descifrar, obviamente. Y luego, otros cuatro más.


-Estas son las vocales. A, e, i, o, u -Las fue señalando en el papel conforme las nombraba. Le miré sin entender del todo bien-. Si las unes con otras letras, vas formando las palabras. Como "Park" -Escribió mi apellido en el papel, subrayando la vocal de la palabra-. Esa es la "a".


¿De verdad estaba enseñándome a leer? Parpadeé varias veces y ladeé la cabeza, aún sin comprender. ¿Por qué haría eso?


-Toma -Me ofreció la pluma, quedándose a mi lado-. Aprende a escribir y diferenciar las vocales. 

-Mi capitán, no es necesario, yo... -Dije algo abrumado, con las mejillas, seguramente, ardiendo.

-Sólo si quieres -Puntualizó, y luego me mostró algunas hojas del cuaderno-. Escribir es muy útil, es una especie de arte. Este, Jimin, es mi diario. 

Le miré sin entender muy bien.

-¿Qué es un diario?

-Es un cuaderno donde apuntas anécdotas, progresos, puntualizaciones. Escribes las cosas importantes que no quieres olvidar -Hizo una pausa  y sacó de detrás del escritorio otro cuaderno más-. En este cuaderno y el que tienes entre tus manos está toda mi vida. Toda mi historia. Cómo crecí, cómo escapé y cómo conseguí lo que tengo hoy en día. La historia de todos los esclavos a los que liberé, todas mis inquietudes, temores y victorias están escritas. Porque son importantes.

Le observé en silencio, sin entender muy bien adónde quería llegar con aquello.


-Obviamente, sé que no te interesa conocerme lo más mínimo. No te importa qué fue de mí o qué pasa por mi cabeza, pero, desde que formaste parte de la tripulación, no puedo dejar de escribir.

-¿Por qué? -Pregunté rápidamente, como siempre que decía algo por el estilo. Como si quisiese que detrás de esas palabras agradables hubiese una razón ruin por la que seguir odiándole. Algo en mí no quería sentir algo que no fuese odio por él.

-Ya te lo dije. Escribo sucesos importantes.

-¿Qué me convierte en un suceso importante? -Mis mejillas se encendieron inevitablemente, pero traté de mantenerme sereno.

-¿Aún no te has dado cuenta? -Preguntó inclinándose hacia mí poco a poco, y sentí cómo mi pulso se aceleraba. Él me besó como pocas veces hacía; con dulzura y lentitud, como si se tomase todo el tiempo del mundo en saborearme-. Podrías leerlo... si supieses.


Yo fruncí mis labios y, avergonzado por ser derrotado ante la astucia del capitán, no respondí y comencé a esforzarme en imitar la caligrafía del mayor sobre el papel, concentrándome en ello.


Quizá si lees sus debilidades, podrás vengarte algún día, Jimin, sí. Vas a aprender a leer porque lo quieres usar en su contra, no porque quieras hacerle sentir, de algún modo, orgulloso. ¡Claro! ¿Quién querría tal cosa? ¡Yo no! Es un ser asqueroso, recuérdalo. No lo olvides nunca, ¡no te dejes llevar por sus palabras! 


... Qué bonita forma de engañarme a mí mismo.













One Treasure 《YoonMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora