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— ¡ Maldito bastardo ! Yo estaba enamorada de ti aún que no lo demostrara del todo, pero estúpido, hacía todo lo que tú querías cuando tú querías y como a ti se te diera la puta gana. No lo merezco Alexis, no merezco que me lastimes de esa forma. ¡ Te odio !, mentira, te amo desgraciado....—. Pensé mientras me iba alejando con lágrimas en los ojos, nudo en la garganta y ganas de morir.







No podía ni respirar, por unos segundos se me nubló la vista, mis manos se entumecieron. No podía, simplemente no podía, y no podía soportar este dolor. Era la primera vez que sentí como se derrumbaba mi mundo ante mis ojos; llore por todo el camino. Me olvide del auto de mis abuelos, me fui caminando a mi casa; afortunadamente ellos estaban ya dormidos, pero mi abuela dejó una nota donde decía que me había guardado la cena. Lo mejor que podía hacer en ese momento era comer, y era comer lo que mi abuela con tanto cariño me había hecho.

Moreno Mío... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora