14.

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¡ Coño ! Lloré por horas hasta que me quede dormida, no pasó nada por mi cabeza, estaba tan aturdida por los golpes y por los gritos.





Como Alexis dijo, llegó al menos a la 1 de la madrugada, me despertó dándome un buen golpe en las costillas y dijo: — te dije que no te movieras, no te dije que te podías dormir, lo pagarás—. Decía mientras se quitaba la ropa.








Comenzó a cogerme de la manera más salvaje y violenta que puedas imaginarte, sangré por la nariz, me abrió cerca de los pómulos y en las cejas. Dijo que si me quejaba me cogería más violento, que yo no lo conocía y que jamás lo haría, pero que estaría con el hasta que él se muriera; que si él moría yo también lo tenía que hacer.







Dejé de sentir la cara por tantos golpes, en general dejé de sentir todo mi cuerpo, pero el seguía golpeándome. Él estaba tan excitado y su mirada era de furia y traté de pensar en cómo fue que llegue ahí.







Tenía mordidas, moretones, sangre, lágrimas, estaba cubierta de semen por todo mi abdomen y cara. Cuando por fin terminó me dijo: — tú no harás nada si yo no lo digo. Pero si yo te digo que me la chupes tú lo haces, si yo te digo que te desnudes para mi lo haces, si yo te digo que me laves y me planches tú lo haces, porque eres mía. ¿ Te quedó claro, bonita ?—.




Estaba muy cansada, ni si quiera recuerdo si pude asentir con la cabeza o algo, quería dormir pero no me dejaba. Después de unas horas teniéndome despierta sin hacer nada ninguno de los dos, me desató. Me ayudó a levantarme y me dijo con tanta amabilidad que podía irme a limpiar al baño. Para no tener problemas con él lo hice, saliendo del baño vi que estaba arreglando la cama, había unas prendas cortas sobre la orilla de la cama. Tenía tanto miedo de salir del baño, pero me dijo muy tranquilo que podía salir, que no me haría daño. Que en realidad ya no podía hacerme más daño del que ya había hecho....









Como sea, me arreglé con la ropa que el dejó para mi y me acosté con él. No pude dormir, no quería que me tocara otra vez, no sabía que hacer. Horas después sentí que se levantó de la cama, fue al baño y lloró como niño pequeño. Estaba muy desconcertada, me quede tan ida que no me di cuenta cuando regresó del baño, solo se quedó parado viéndome, me espanté porque no sabía que me haría al escucharlo llorar, me levante rápido de la cama y me hice bolita en un hueco. Se acostó y dijo muy triste: — si quieres quedarte ahí, está bien. Pero si quieres volver a la cama, también está bien, yo me iré si gustas—. — ¿ pero qué ? —. pensé..



Me subí a la cama con él, no le dije nada ni el a mi. Y por fin pude dormir.

Moreno Mío... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora