Sonrió con melancolía apretando con delicadeza la escama plateada que colgaba de su cuello, habían pasado tantos años y todavía seguía intacta, era mágica, como él.
-Y bueno, esa es mi historia. -Miró a la joven enfermera con una sonrisa amable y desvió la mirada hacia fuera, pudiendo ver el horizonte, donde el cielo y el mar se juntaban en una línea. -Sé lo que estará pensando..."Pobre viejo homosexual chalado, sí que debe de estar mal para inventarse ese cuento sobre sirenas y tritones".
-Oh, no, no. Por supuesto que no, señor Park. Jamás pensaría algo así de usted.- Se apresuró a decir la jovencita, la cual no dudó en coger la mano libre del señor mayor con ambas. -Le creo. Creo hasta el más mínimo detalle de su historia, de su vida. -Le miró fijamente a los ojos, había captado toda la atención del anciano Park Chanyeol.- Y estoy totalmente segura de que esté donde esté Kai, él le sigue amando de la misma forma que lo amó en aquellos tiempos. La historia de ustedes dos es demasiado hermosa. ¿Por qué no se volvieron a ver?
-Al poco de volver a Corea mis padres se tuvieron que mudar y yo con ellos, por lo que la dirección de nuestra casa cambió, así que si Kai llegó a mandarme alguna carta, nunca la pude recibir. Cometí un grave error al no pedirle yo también su dirección. Quizás dejé demasiadas cosas a manos del destino...fui un joven estúpido, no sabe cuánto me arrepiento.
-Señores y señoras residentes, la cena será servida en diez minutos. Por favor, vayan al comedor.
La voz que salió de uno de los altavoces de la terraza asustó a la joven, la cual todavía no llevaba el tiempo suficiente trabajando en aquella residencia de ancianos como para haberse acostumbrado a los repentinos mensajes que pasaban por megafonía.
-Anda y vaya usted a ayudar a los otros viejos a ir al comedor, yo iré enseguida. Y gracias por haberme escuchado, señorita. -Le dedicó una arrugada sonrisa a la joven, la cual se levantó de la silla donde estaba sentada frente al hombre y se despidió de él para ir a atender a las otras personas mayores.
Una vez que Chanyeol estuvo solo en la terraza de la residencia, volvió a mirar hacia el mar y se llevó la escama hacia los labios, presionándola contra ellos y cerró los ojos, imaginando que lo que realmente estaba besando eran aquellos gruesos labios que le hicieron perder la cordura una vez, hace muchos años.
La imagen de Kai fue lo último que su mente vislumbró antes de que perdiera la consciencia.
Quizá, en otra vida, serían capaces de volverse a encontrar
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triton. | ChanKai
FanfictionEn medio de una tempestad Chanyeol dice ser rescatado por lo que creyó que fue una sirena, pero ninguno de sus amigos le cree. Días más tarde, a orillas de las maravillosas playas de Honolulu, el joven conoce a un nativo que le demostrará que él est...