Sueños Reveladores - Comienza la práctica (Capítulo III)

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Luego de pedir el pase, terminé de armar mis bolsos, me llevé absolutamente todos los libros del sótano, las cosas que sabía que me servirían, y obviamente, fotos. Dejando todo preparado, me recosté sin sueño, pero para mi sorpresa, me dormí al instante. Esa noche, soñé - ademas de soñar con mi misión -  con el colegio. Era viernes por la tarde, casi todos los alumnos se iban a sus respectivas casas, con sus respectivos padres y hermanos, cosa que yo jamás podría hacer. Demasiado triste para soportar, pero debía aguantar, por mis padres, por mí.

Llegué al colegio a primera hora, recorría la institución, al mando de la secretaria. Finalizado el recorrido, me indicó el camino a mi habitación, también me dió mi uniforme - medias color bordó, pollera escocesa al tono, chomba blanca con el escudo de del internado y un sweater, bordó también, espantoso - 

Me llevé una gran sorpresa al abrir la puerta de mi cuarto y encontrarme con una chica luciendo su uniforme, me miró un poco extrañada, y yo igual. 

Ella era unos dos centímetros menor que yo, delgada tez morena, tenía el cabello perfecto que siempre soñé, negro azabache, largo hasta abajo de los hombros y lacio, ojos medio verdosos, penetrantes.

- Hola, me llamo Emma, ¿Quién eres tú? - su voz sonó tranquila, y con cierto tono de asombro a su vez.

- Hola, mi nombre es Hope Salem, soy nueva aquí y me indicaron que éste era mi cuarto, yo pensé.. - no me dejó terminar.

- ¡Genial! Hacía mucho tiempo que no tenía compañera de cuarto - Se la notaba realmente emocionada, parecía una buena chica, me daba una buena impresión.

- Claro.. Genial - No me salía demasiado bien mentir.

- Por cierto, que nombre tan extraño, jamás lo había escuchado. ¿Puedo llamarte Hopy? - (Joupi) 

- Si, por supuesto.

- ¿Y ya comienzas hoy con las clases?

- Mañana.

- Una lástima. - asentí - Debo irme, nos ya hablaremos luego.

- Okey.

Parecía una buena chica, simpática, me caía bien. Ojalá seamos amigas, me gustaría saber que se siente.

Aproveché que ella no estaba, para empezar a practicar.

Me senté en mi cama, a su lado había una gran ventan que daba hacia una especie de campus deportivo quizás, después se veían pequeños bosquecillos, muy a lo lejos lograba ver una carretera.

Comenzaría por las cosas fáciles, las cosas que había hecho de pequeña, pero que había reprimido.

Quise concentrarme en la puerta, pero no hizo falta concentración alguna, de repente me encontraba abriendo y cerrandola. Posé la mirada sobre la lámpara, pero al cabo de unos minutos la había quemado. Furiosa por tal motivo, miré hacia afuera. Mi primer "error" , la ventana estalló en miles de pedacitos.

Me produjo varios cortes, los cuales iban desapareciendo apenas hacía contacto con mis manos sobre las heridas.

El ruido fue estruendoso, sabía que vendrían a ver qué había sucedido, ¿Qué excusa pondría? Comenzé a impacientarme, esto de las mentiras ponía nerviosa. 

Me asomé a la ventana, acto seguido, abren la puerta.

- Oh dios mío, ¿qué ha sucedido? ¿te encuentras bien? - la directora no podía creer lo que estaba viendo, se veía el pánico en sus ojos. Detrás de ella, la secretaria, inmóvil, espantada.

- Si, no me he hecho nada por suerte.

- ¿Qué es lo que ha sucedido Hope?

Cuando me acerqué a la ventana, antes de que irrumpieran teatralmente en mi habitación, divisé unas piedras en el suelo, y en ese instante voló una hacia mi mano. Tendí mi mano con la piedra.

- Alguien me la ha arrojado.

- ¿Cómo es posible? - Ademas del delito cometido, quiere decir que alguien se ha saltado de sus clases, de cualquier forma - tomó la piedra observandola detenidamente - no sé como esta insignificante piedrita ha podido hacer estallar semejante ventana. Toma todas tus cosas, dejarás tus pertenecias en dirección, hasta que podamos reubicarlas en algún cuarto.

- ¿Y qué debo hacer mientras tanto?

- Podríamos adelantar las clases, si estas dispuesta claro.

- No hay problema, pero, me gustaría saber si hay algún lugar donde pueda guardar cosas que son demasiado personales - diciendo personales, me refiero, a libros de hechizos, claro.

- Si, al final del pasillo tienes una casilla con tu nombre.

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