Me levanté a las 06:00 am como todos los días, me bañé, luego preparé el desayuno para mi madre y lo lleve a su cuarto. Ella yacía en su cama, como todos los días, frágil como muñequita de cristal, pero esta vez me espera sentada, deseosa de verme. Apoyé la bandeja sobre su pantorrilla y la besé su mejilla, ella me miró con sus hermosos ojos cansados y susurró muy suavemente:
"Feliz Cumpleaños Hija" Me tomó por sorpresa, yo misma me había olvidado, no eran los felices quince años que toda chica sueña, claro estaba.
- Gracias mamá.
- Te quiero.
- Yo mas, debo irme a trabajar, nos vemos luego.
- Hija no...
- ¿Qué pasa mamá, sucede algo, estás bien? - Por un momento sentí pánico de que estuviera aún peor de lo que se la veía.
- Debemos hablar - dijo entrecortadamente - y realmente me urge.
- Está bien, me quedaré, solo dame un minuto, le avisaré al Señor Taner.
- Lo siento.
- No lo hagas, ya regreso mamá.
Avisé al Señor Taner, que no podria asistir a trabajar. El y su mujer eran nuestros vecinos, por lo tanto estaban al tanto de la situación de mi madre, asi que no tuve inconvenientes con la ausencia. Regresé a la habitación realmente asustada.
- Aquí estoy mamá, ¿Cómo te sientes? - Me senté a su lado y tomé su mano.
- Bien, pero es hora de hablar.
- ¿A qué te refieres?.
- Sobre la familia, la muerte de tu padre, ¿tú sabes verdad?
- Yo no sé nada, simplemente no puedo explicarme algunas cosas, pero sí sé que tú tienes que descansar, ya hablaremos luego.
- No hija, es el momento. Ahora. - Ordenó.
- Está bien, como tú quieras.
- ¿Tu apellido te dice algo?.
- ¿Salem?, en absoluto.
- Es difícil, pero por lo que has vivido, sé que me creerás.
- Ya mamá, dime.
- Tus antepasados migraron hacia el pueblo durante la cacería.
- ¿Cacería? ¿De qué hablas?
- Provienes de una familia de brujos, hechiceros o como quieras llamarlos.
- Eso no tiene sentido, parece de película.
- Sabes que tiene sentido y sé que recuerdas aquella noche - se refería a la noche de la muerte de mi padre.
- No puede ser verdad.
- Es así hija. Los poderes de la familia aumentan en cada generación, pero no es muy fácil procrear para nosotros, luego de tu nacimiento nadie mas lo ha logrado, por lo que se supone que tú..
- ¿Que yo qué mama?
- Se supone que tú eres la mas poderosa y fuerte, pero no posees entrenamiento alguno y en tu vida no has hecho mas que romper lámparas, cerrar y abrir puertas, con tu padre aquí todo hubiera sido muy diferente.
- Dime qué sabes de su muerte. - No pude contener mis lágrimas.
- Para hablarte de ello, primero tenemos que hablar sobre otra cosa.
- ¿Mi sueño verdad? - No podía creer como tomaba como cierto todas las barbaridades que mi madre me estaba diciendo, pero sabía que era verdad, siempre añoré respuestas, y me las estaba dando ahora, raro, pero real.