Las clases comenzaron bastante bien, los profesores al leer la nota de mi ficha ponían cara de "pobre huerfanita", pero al parecer el profesor de mi úlima clase no lo leyó.
- ¿Así que tienen una compañera nueva? - Nadie respondió - Hope Salem - El pronunció "JOPE".
- JOUP, se pronuncia Joup.
- Cuéntanos un poco de tí, ¿Por qué te has cambiado de colegio? - pregunta equivocada, no sabía que responder, no quería responder, ni contar de mis padres, decidí mentir.
- Por que.. me.. quedaba mas cerca.
- Pero tengo entendido que vivías a las afueras del pueblo.
- Pues estaba por mudarme.
- No he visto casas en venta. ¿Por dónde? - ¿Acaso este idiota tenía algo en mi contra?
- Sucede que despues cambiamos de parecer, y nos quedamos, pero no quería volver a cambiarme de colegio - No sonaba para nada convincente.
- ¿Tienes hermanos?
- No.
- ¿Y tus padres estuvieron de acuerdo en que te quedaras aquí?
No pude evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas al pensar en ellos, Emma me prefuntó si me encontraba bien, pero no respondí.
- Le agradecería que leyera mi ficha antes de continuar.
Tomó la ficha, leyó, frunció las cejas, parecía haberse arrepentido por tantas preguntas.
- Lo siento Salem. - Se disculpó y yo asentí.
Emma me miraba preocupada y llena de preguntas.
- Luego te cuento - fue lo unico que logre decir.
Cuando terminó la clase todos salieron, el señor Vallejos me llamó.
- De veras lo siento querida.
- No se preocupe, lo superaré.
- Si necesitas algo, solo avisa.
- Gracias.
Nos dirigimos a la dirección con Emma, la directora nos invitó a pasar.
- Ah chicas, siento lo de su habitación, en cuando podamos refaccionarla podrán volver.
- ¿Y mientras tanto? - Emma parecía demasiado ansiosa.
- Bueno, el ala norte esta completa y en las habitaciones solo entran dos camas, asi que por unos dias dormiran en el ala sur.
- Oh dios mío - protestó mi compañera.
- ¿Algún problema Finkel?.
- No - respondí por ella - ¿Qué habitación?
- Número 100.
- Gracias - Tironee a Emma del brazo que no dejaba de asesinar a la directora con su mirada.
Salimos.
- ¿Qué diablos te sucede?
- Habitación 100, al lado de la habitación de Chad. - Deduje por lógica que era el chico del cual se había enamorado.
- Pues mejor, demuestrale que no te interesa.
- Lo intentaré, por lo menos estoy contigo.
Mientras mudabamos nuestras cosas, conocí al idiota de Chad.
- Uh mujeres en el ala sur - Sonrió ampliamente levantando las cejas y justo sale Emma de la habitación, la mira - Ups, me confundí, ya no veo las mujeres.
- Puedo solucionar tu problema, si lo que quieres es ver mujeres - mordí mi dedo, y luego mis labios, intentando parecer un poquito sexy, el se acercó a mí con aires de ganador, y Emma me miraba como si la estuviese traicionando.
- Mmm, pues sí, ver mujeres es lo que quiero - me tomó de la cintura, acercó sus labios a los míos y entonces le pegué un rodillazo en la entrepierna, y le brotaron lagrimas al instante.
- Pues mírate entonces, lloras como una. - Emma y yo reímos a mas no poder y nos metimos al cuarto.
- A poco pensé que le estabas coqueteando.
- Ni en sueños.
- ¿Me contarás que sucedió en clases? - Suspiré y le conté la historia de mis padres, obviando todo tipo de detalles relacionados con la hechiceria. - Lo siento Hopy.
- Bueno, ya, cuentame de tí.
- Pues vivo con mis padres, y tengo un hermano mayor, Alex, el te encantará, no viene aquí, terminó el año pasado, tiene 18 años y trabaja en un taller mecánico.
- Mmm, pensandolo así, a mi me falta un novio - reímos.
- Pues, si cada vez que peleen le pegarás como a Chad, jamás te lo presentaré.
- Una lástima.- Seguimos riendo.
Hablamos bastante hasta que Emma se quedó dormida. Ella me contó sobre su su vida, sus amigos, sus novios, y no podía creer que no hubiera dado mi primer beso todavía.
Aproveché el sueño profundo de Emma, para ir a buscar algun grimorio y ver en que podía ayudarme. Bajé las escaleras a hurtadillas, si alguien me veía me metería en graves problemas, intenté no hacer ningún ruido abrí mi casilla y tomé el que estaba mas a mano.
Al fin, después de varios tropiezos debido a la oscuridad llegué a la escalera. El pasillo estaba demasiado oscuro, pero sabía que estaba ya, cerca de mi habitación, cuando de repente alguien salió de la habitación continua, rozamos nuestros brazos y me recorrió por todo el cuerpo una electricidad inexplicable, al parecer a él le había ocurrido lo mismo, porque rápidamente corrió su brazo y a la vez dijimos: "ouch!"
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Hoy subiré el siguiente capítulo!