Sueños reveladores - Benicio (Capítulo VII)

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Fuimos a clases, Emma se sentía incomoda con la presencia de Chad en el aula, pero no le quedaba otra opción que soportarlo, yo mientras tanto trataba de averiguar quien había sido el chico de anoche, pero no tuve resultados, estabamos en el último de los asientos, solo veía sus cabezas, sinceramente no reconocía su voz.

Por fin llegó el recreo, ya no aguantaba mas las clases de inglés, necesitaba un respiro, pero sucedió algo que yo no esperaba, o quizás no quería.

Cuando fuimos al patio a tomar un poco de aire, sentí que el lugar ya lo conocía, era como si hubiera estado antes ahí, recorrí unos metros mas y fué ahi cuando me dí cuenta de que era no era un patio mas, lo reconocía porque era el lugar donde se desarrolaba mi misión.

Llegué al lugar donde yo llamaba a ese tal "Benicio", pero sin embargo allí no habia nadie, luego no recuerdo mas nada, me desmayé al instante de reconocer la escena.

Sentía que me pesaba la cabeza, que todo estaba dando vueltas. Abrí los ojos.

- Bueno, por fin despiertas bella durmiente. - una enfermera estaba observandome, yo estaba recostada sobre una camilla  aún algo mareada.

- ¿Qué hora es?

- Acaba de terminar el recreo, te hemos sacado sangre, y la mandaremos a examinar. - Recordé en ese instante que mamá jamas se habia dejado atender por ningún médico, no sabía la causa, pero ¿qué pasaría si mi sangre presentaba algún tipo de alteración?, oh dios santo, otro problema mas a mi vida, debia buscar la muestra y destruirla.

- Oh, esta bien - en absoluto, no estaba para nada bien. - ¿Donde esta mi compañera?, debo ir a clases.

- Tú no irás a clases por hoy. - Me giré a ver quien era la persona que acababa de entrar por la puerta, y me ordenaba no ir a clases, me sorprendí aún mas, y no sé como no volví a desmayarme.

- Vos. - También lo conocía, era él. Benicio estaba a mi lado.

- Yo.. Me llamo Benicio. - Tomé aire o esta vez en lugar de desmayarme, caería en coma.

- Él - dijo la enfermera - Es quien te trajo aquí - acto seguido me guiñó un ojo, como si el chico fuese lindo. Okey, si era lindo, pero nada mas.

- Entonces debería agradecerte.

- ¿Podría dejarnos a solas? - pregunto el chico a la enfermera, y yo como gran estúpida me ruboricé.

- Lo siento pero no, debo hacerme caso de la paciente. - él se acercó a ella, le suplicó, poniendo cara de niño bueno - solo cinco minutos, y regrésala a su cuarto, la veré mas tarde.

- Mas que agradecerme, deberías haberme pedido perdón.

- ¿A qué te refieres? ¿Por qué debería yo haberte pedido perdon? 

- Por la forma en la que me llamaste ayer, 'tonto' ¿Recuerdas?

- ¿Eras vos?

- ¿No me recuerdas?

- No se veía nada.

- Tienes razón.

- ¿Y entonces como sabes que soy yo?

- Eres la única nueva.

- Ah, claro. - se sentó en la camilla.

- Me debes un favor.

- ¿Qué?

- Por haberte cargado hasta aquí.

- Yo no te pedí que lo hicieras.

- Pequeña maleducada.

- Grandote arrogante.

- Ya cállate, a tu cuarto.

- Primero, tú no me callas, y segundo, me voy  a mis clases. - me levanté y otra vez me tambalee, él me tomó de los brazos antes de que callera al piso.

- Me debes dos, ahora, caprichosa. Irás a tu cuarto.

- Que no! - Me tomó de las piernas, y me cargó sobre sus hombros hasta mi habitación. Me acostó en la cama, resbaló y quedó su rostro a escasos centímetros del mío.

- Quítate. - Rió como un desquiciado.

- No pensaba besarte, no eres de mi target.

- Y tú no eres el mío, ya vete.

- Me iré, pero porque yo quiero, y recuerda que me debes dos favores.

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⏰ Última actualización: May 30, 2012 ⏰

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