Capítulo cinco.

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2016.

Ese mismo año me tomaste por sorpresa con una noticia. Una de tus amigas se había mudado contigo, y tú… No vivías con tus padres en ese momento. No sé cómo lo permití pero recuerdo que cuando hablábamos sobre eso decías algo similar a “Supuse que no te molestaría, sólo la estoy ayudando”.

Pero ese mismo año, mi corazón se rompió. Me mostrabas sus fotos, dejabas que ella me escribiera e incluso la colocabas en tu perfil. Creaste una inseguridad y un miedo en mí que poco a poco, se salía de mi total control. En ese entonces me sentí menos.

Me decías  como cada vez que se dormía en el sofá la tomabas entre tus brazos hacia la cama y recuerdo cómo una vez me dijo que aún me faltaba mucho por aprender; y era cierto. En nuestras pequeñas discusiones de ese entonces me decías que era una egoísta y que ella, te acariciaba tu cabeza cuando estabas mal. Recuerdo que incluso, me contaste que ella te había robado un beso dormido y si, fue todo un drama.

Comencé a cansarme.

Hasta que un día, llegué a mi límite. Ese día había salido con mis amigas y al llegar la noche dijiste que tenías algo que decirme; estuvieron echando bromas hasta que el ambiente cambió, ustedes casi se besan ese día. Luego de eso, ella se fue ¿Y qué hiciste luego de contarme? Preguntarme si debías ir tras ella.

Oh por Dios santísimo, eso hizo que me sintiera tan innecesaria, causó un dolor tan inmenso y auténtico en mi pecho que no pude evitar llorar frente a las personas, no pude contenerme; quería desaparecer.

Luego de todo eso, un día… Me equivoqué de la peor forma y si, las palabras que no salieron nunca de mi mente fueron “Si hubiera sabido que me harías esto la hubiera escogido a ella” Así es, tú te referías a ella; quien en ese momento aún vivía contigo.

Con el paso del tiempo quise superar todo, quise olvidarlo por completo; pero ahora, al escribir esto, puedo sentir como aún me duele.

El Ocaso de una Rosa. |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora