Capítulo siete.

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2016

Recuerdo haberte disculpado pronto, pues siempre he sido alguien que se deja llevar por sus sentimientos —y yo te amaba— pero tras esto, recuerdo que no estábamos nada bien. Ambos estábamos estudiando y por ende, desaparecías por al menos dos días, lo cuál dolía. Sentía que comenzaba a caer, sentía que el amor comenzaba a doler y eso quedó marcado para mí. Aunque ha pasado casi un año desde lo sucedido, sigue estando allí, la herida está allí sanando aún . Lo insegura que me convertí en ese momento cuando sucedió lo de tu amiga, está allí.

Finalmente, Enero del 2017 llegó y no lo soportaba más. Lamentablemente mi lado de desesperación; porque si, estaba desesperada por tu amor me llevó a cometer el peor error de mi vida; irme con alguien más. Aún lamento el día que lo hice, aún lamento el mes que estuve sin ti. Sin embargo, al pasar las semanas me di cuenta que no era lo que yo deseaba y que por ende, si tú no ibas a estar mas en mi vida, luego de haberme insultado y la situación haberme llevado casi al abismo, prefería estar sola, debido a que no podía siquiera comparar el amor que tenía hacia ti. Sólo fue un momento de desesperación. Finalmente para cuando acabé con mi error, tú estuviste allí para mí y aún recuerdo tus firmes y sinceras palabras.

—Eres alguien por quien vale la pena luchar.

Con miedo, volví a ti, como niña en busca de protección y de apoyo, como niña sedienta de tu amor. El tiempo transcurrió y es casi inevitable decir que esta vez estuviste al pendiente de mí, no desaparecías e incluso, comenzaste a llenarme. Sin discusiones, sin problemas todo comenzó a marchar bien hasta que las vacaciones llegaron nuevamente.

¡Cielos mi amor! Fueron las mejores vacaciones de mi vida. Hablábamos siempre, estabas pendiente de mí y yo de ti, nos entregamos amor incondicional y lograste hacerme la personita mas feliz del mundo a través de un celular. Luego de varios meses las vacaciones finalmente han culminado y no he podido evitar sentir temor, inseguridad y entrar en una etapa de temor, por un momento pasaron por mi mente todos esos días en los que desapareciste, todas esas noches de llanto y de malos ratos. A pesar de que me prometiste no desaparecer, no pude evitar temer.

Hasta que me di cuenta de algo; seguía siendo insegura —creí dejarlo de ser durante las vacaciones— Pero entonces, llegaron a mí todos los recuerdos que estaban en el pasado. Todo lo que compartiste con tu amiga, todo lo que me insultaste, todo lo que te lastime, los errores cometidos, los días y noches sin ti, lo insegura que me sentí; absolutamente todo y aunque no lo creas, aún me duele lo que sucedió con ella.

Entonces sentí que comenzaba a caer, sólo que esta vez te tenía a ti para sacarme a flote, para recordarme que no debía temer.

El Ocaso de una Rosa. |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora