La salsa

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Descubrió que ningún manjar era más apetitoso que aquella salsa de champiñones que había probado. Intentó imitarla, descubrir cómo la había hecho, pero pese a su fina nariz emularlo se hacía una epopeya. Dejó de comer y lo cocinaba una y otra vez, una y otra vez, pero el sabor no venía. Llevado por la desesperación lo intentó por última vez. Todo se terminó de estropear cuando el rozar de un nervioso cuchillo hizo que una gota de sangre se deslizara hasta parar en la salsa. Justamente cuando fue a lamerse la herida, lo vio. Había conseguido aquella salsa.

Terror expressWhere stories live. Discover now