Archivo 8

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- ¿Crees que me molesta a mí que agonices?

Le miró detenidamente, le quitó la mordaza y descamisó su rojo pecho ensangrentado. Pulsó sobre su herida como si se tratará de un botón y mientras berreaba, le susurró al oído:

- Otra vez, sabes que me encanta.

Se relamió, se excitó como si se tratará del mejor porno. Empezó a grabarlo hasta que todo acabó. Salió de la habitación acolchada y depositó la cinta grabada en su archivo.


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