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~ Narra Matteo~

Algo estaba mal. Primero, mi tío me recibía totalmente comprensivo, dándome todo lo que necesito. Un maníaco venía detrás de mí y Luna, sabía donde estábamos. Mi tío Ben se fue...

Sentí que mi columna se congelaba hasta llegar a mi cráneo. Leo estaba muerto y todos trabajaban para él, entonces Leo trabajaba para...

- Matteo... hay alguien caminando por el edificio.- me dijo Luna interrumpiendo mis pensamientos.

Regresé a la realidad y vi a Luna mirándome a mí y al extraño que estaba por el edificio, traté de que el hombre no me viera y tomé a Luna por la cintura, entré con ella al baño de mujeres de la gasolinera y nos metimos al más amplio, al que es especial para personas inválidas.

Dejé la puerta abierta y me paré en la esquina.
Vacié mi mochila y un pequeño cuadrado negro con una luz roja apareció del fondo... un dispositivo de localización.
Luna estaba sentada en el piso recargada contra la pared, parpadeó débilmente.

- ¿Qué es eso?.- me preguntó. Suspiré con enojo.
- Un rastreador. ¡AGHHH!.- gruñí.

Ella se estremeció cuando lo tiré en el inodoro. Estaba a punto de tirarle a la cadena pero sabía que no era el momento indicado.
Me arrodillé junto a Luna y tomé su mano. Su rostro se volvía cada vez más pálido.

- Es hora de tu anestesia.- le dije. Abrí mi mochila, saqué la bolsa de suero y la jeringa.

- Matteo, siento que te estoy atrasando.- me dijo con voz débil. Clavé la aguja en la vena de su brazo.

- Nunca, Luna. ¿Escuchaste? Nunca digas éso. Saqué la intravenosa de su brazo..- Te sentirás mejor en unos minutos.

Me levanté y caminé hacia la puerta, miré hacia afuera y no vi a nadie. Regresé por Luna.

- Ya sé quien está detrás de ésto, detrás de Leo, detrás de todo. Pero primero, necesito que tires de la cadena al baño para que el rastreador se valla, te daré una señal.- le susurré a Luna. Me dí la vuelta de nuevo y traté de escuchar hacia afuera... nada. - Dispararé 3 veces al aire, ésa será la señal. Estaremos a salvo después.- Le dije. Ella me miraba anonadada.

- ¿Quién está detrás de ésto?.- me preguntó curiosa. Tragué saliva.

- Podemos hablar de éso después.- Le contesté, todo era silencio. - Solo haz lo que te diga ¿está bien?

Ella asintió. Me levanté lentamente y vi que Luna tenía sus brazos en mi cintura, me senté con ella de nuevo.

- Matteo... por favor regresa.- me decía entrecortadamente.

- ¿Acaso no lo hago siempre?-

Ella sonrió y yo me levanté, saqué mi pistola y me dí la vuelta de nuevo hacia ella. La miré antes de salir, llegué a la entrada del baño y vi a un hombre caminando alrededor mirando todo detalladamente... secuaz del maníaco.

Rápidamente salí del baño y me fui gateando hasta los arbustos, estaba seguro que había más de ésos bastardos.

Miré alrededor y vi un auto negro mal estacionado a distancia, enfrente de la gasolinera. Me arrastré y en un par de segundos ya estaba muy cerca a los pies de aquel tipo.

Esperé a que se fuera de la vista del coche, silenciosamente me fui gateando lento.
Finalmente saqué mi navaja y salí de los arbustos, cubrí su boca y clavé la navaja en su cuello.

Instantáneamente dejó de moverse y abrí una puerta, estaba obscuro adentro y al parecer tenía cosas del conserje.

Lo tiré dentro y rápidamente corrí por los edificios y fui detrás del coche, que estaba aproximadamente a unos 50 metros de la gasolinera, y de Luna, que seguía en el baño. Podía ver algunas sombras de personas dentro del carro.

Me arrastré mas cerca y clavé la navaja en los neumáticos traseros, me moví y le quité las placas sabiendo que no se darían cuenta.. nadie iba a salir vivo de ésto.

Rápidamente caí al piso cuando escuché la puerta trasera abrirse, dos hombres salieron a la escena donde habían visto por última vez a su acompañante, tenía solo unos minutos. Esperé a que se alejaran un poco.

Rápidamente saqué mi encendedor y abrí el tanque de gas, me quité la camiseta quedándome solo con la que traía por debajo.

Encendí mi camiseta y esperé a que el fuego se esparciera y cuando por fin se hacía mas grande me fui corriendo a toda velocidad fuera del carro. Corrí hacia la pared donde había estado.

Los hombres dentro del auto apenas y se dieron cuenta de que su víctima... osea yo, me estaba alejando rápidamente de ellos.

Salieron del auto y en ese momento explotó, me cubrí y rápidamente miré hacia atrás y vi las piezas del auto quemadas y a los hombres muertos en el suelo.

Los otros dos hombres que habían salido antes ahora estaban corriendo hacia donde estaba su auto destrozado.

Uno de ellos sacó un teléfono y en ese momento yo saqué mi pistola y le apunté a su rostro, le disparé en la nariz. Cayó al suelo disparando sangre de su rostro.

El otro hombre sacó su pistola mientras el otro caía al suelo, le disparé directo al corazón mientras él disparaba hacia el cielo, cayó al suelo agarrándose el pecho.

El gerente de la gasolinera que estaba cerca y sus trabajadores se veían asustados. No había dejado que me vieran, así que todo iba bien.

Disparé al aire tres veces al cielo, me dí la vuelta y corrí hacia donde estaba Luna.

Corrí hacia el baño, llegué y la vi de pié a punto de salir, en cuanto entré se dejó caer sobre mí, me tambaleé un poco sorprendido ya que me abrazaba con muchas fuerzas. Sentí el calor de su cuerpo llegar a mi alma.

- Te amo.- susurró ella.

- Te amo también. - Le dije. Vi sus ojos tratando de encontrar algo de esperanza en los míos. - Tenemos que irnos de aquí antes de que la policía llegue.

Tomé mi mochila del suelo y vi que Luna había metido en ella su bolsa de anestesia que ya tenía menos de la mitad.

- También tenemos que conseguir más de éso.- le dije mientras señalaba la bolsa.

Sus mejillas ya no se veían tan pálidas, la tomé de la mano y salimos del baño.

Llegamos a la puerta y rápidamente nos mezclamos con la multitud de gente que había afuera. Mucha gente estaba corriendo a ver la escena pero la policía los detuvo.

Me las arreglé para permanecer lejos de los policías mientras llegábamos a un auto estacionado lejos de todas aquellas personas.

Saqué mi navaja y la metí en el agujero donde se mete la llave del auto, en la puerta. Me tomó 2 minutos y finalmente se abrió.
Abrí la puerta y le quité el seguro a la puerta del pasajero para que Luna entrara.

Se metió mientras yo miraba con cuidado el auto, lo encendí y comencé a alejarme de aquella escena, después volteé a ver y recordé algo... había olvidado deshacerme de las videocámaras que estaban en la gasolinera.   

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Holaaaaaa!

Cuanto tiempo ¿no?

Bueno tengo que dar las gracias a todas las personitas que se tomaron la molestia de comentar en la pagina anterior (ya la borre)

Me hicieron darme cuenta que cancelar la historia era una estupidez

Regresamos con mucho internet y también muchas ganas de escribir:)

 @LocaPorRugge 


My Dark Angel [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora