El soldado

Capitulo 1

A veces uno puede llegar a preguntarse que es lo que provoca las cosas, algunos lo llaman destino, otros karma, pero son mierdas; lo que provoca las cosas se le dice "ser humano", el ser humano es un generador de tragedias.

Debo de desquitarme con algo, ya no puedo seguir viviendo del pasado. Quiero seguir adelante y creo que esto es algo bueno.

Mi historia comienza en Alemania, Múnich, año 1939, ese año comenzaría un proceso trágico que llegaría a extenderse durante 6 años y un día, yo tenía recien cumplidos mis 24 años, en aquel tiempo era de pelo color castaño, ojos verdes oscuro, y era de complexión grande. Hacia muy poco había terminado mi servicio militar que mi padre, Heinz Guderian, me había obligado a hacer; siendo que el era un alto mando militar le pareció correcta la idea de que su único hijo se entrenase como un soldado nazi.

Mi padre era un buen amigo de El Fuhrer, a mi por lo contrario, me parecía un monstruo, ver lo que los campos de concentración albergaban era algo duro. Dios, ¿qué mierda pasaba por sus cabezas?

Ese 1 de septiembre de 1939, los alemanes se abrieron paso por Polonia; por lo que se declaró la segunda guerra mundial, y yo me destacaba por mi rendimiento a pie, por lo que quede como un soldado de infantería, pero no estaba feliz, no me parecía nada bien de lo que pasaba; pero no podía quejarme, ¿cómo Gabriel Guderian hijo de el gran estratega Heinz Guderian podría estar en contra de su propio lider? Pero fue el 2 de septiembre, en una especie de reunión de altos mandos, en el que hice una de las que considero una de las decisiones mas sabias de mi vida. Yo, un simple mocoso encaré a Adolf Hitler y le dije todo, (de manera amable) que lo que el hacía se me hacia una monstruosidad.

Lo único que atinó mi padre a hacer, fue ponerse del lado de su lider e insultar a su propio hijo. Aun que, debo reconocer que Adolf era un buen hombre, en vez de fusilarme por traición se decidió que lo mejor para mi era el exilio, no me mataron por ser hijo de un alto mando...

Me sentí traicionado, por mi patria, por mi padre, por mis amigos, por mi lider; fuí a mi casa, prepare una pequeña maleta con ropa para el verano que se asomaba, mi madre no me saludó, volteó su cara, recuerdo haber llorado; luego de esto, insulte entre dientes y me agarre el auto que me había regalado mi padre al terminar mi servicio. Lo arranqué y solo atiné a insultar a mi padre que me estaba mirando asombrado, (ya que se supone que debería de haberme ido sin nada), "¡pedazo de mierda!", le dije.

El viaje fue algo largo, pero por suerte sabía ingles, y por alguna razón, ( o suerte, mucha suerte ) pude viajar sin ser golpeado o asesinado. Tuve mucho tiempo para pensar, no pensaba en nada particular, en mi vida, en mi infancia, en mis amigos, en mi madre, en el hijo de puta de mi padre, en que pasaría conmigo; pero no llegué a ninguna respuesta fija, solo desvaríos.

No recuerdo en si mucho del viaje, solo el paisaje, era feliz, verde, hermoso... Algo que tiempo después ya no iba a poder disfrutar, puesto que lo único que pintaría el ambiente mas tarde sería tragedia, abandono, dolor, y muerte. Me crucé con una chica de unos 20 años en el camino, y mientras yo en algún lugar en medio de la nada me decidí a cargar combustible para mi auto Crosley 1939, (creo era un auto importado), ella me vino a pedir indicaciones y le dije que no sabía donde estaba, que si quería la podía llevar hasta algún lugar donde se pudiese considerar pueblo o ciudad, ella y yo decidimos que tal vez sería bueno que vayamos juntos, no por nada especial, pero yo tenía auto. La chica se llama Aixa, una joven no muy alta, pero se mostraba fuerte y confiada, tenía el pelo castaño claro hasta los hombros y unos fuertes ojos verdes, por los cuales me dije que seguramente esos ojos miraban el alma, a día de hoy no recuerdo su apellido; era hija de campesinos, y muy patriótica, ella iría a enlistarse en el ejercito inglés, yo le dije que yo iba a hacer lo mismo, tuvimos una larga conversación, (lo cual me parecía entendible ya que ella no me conocía y me pregunto varias cosas como de donde venía, hacia donde iba, que hice durante mi vida y ese tipo de cosas; pero solo una pregunta quedó resonando en mi cabeza, "¿Cual es tu nombre?". Tardé en responder, no podía decirle mi verdadero nombre, mi apellido me iba a perseguir como una cruz durante toda mi vida; "Gabriel Johnson", esta mentira podría llegar a costarme, pero aún así lo dije; le dije a la chica que durmiese, que cuando estuviesemos en Londres o en algún lugar aledaño yo la despertaría y nos enlistaríamos en el ejercito, pense en mi mentira durante todo el día, y me invente una historia de vida, yo sabía que eso mas tarde me traería problemas, pero aún así, disfrute el verde mientras el sol iba cayendo detrás mío.

Estabamos en alguna zona rural entre Berlin y Chequia, el sol fue naciendo por el horizonte y sabía mas o menos a donde ir pero no podía dejar que me vean así que iba en dirección a Hamburgo, había un par de tipos que me debían favores por lo que iba a irme de Alemania de una vez por todas. Había algo que no cuadraba; aún estabamos en Alemania y Aixa me había dicho de unirse al ejército ingles, ¿cómo era eso? Por lo que al despertarse habíamos empezado a hablar un buen rato hasta que toque el tema; "Dijiste que ibas a unirte al ejército inglés, pero, ¿porque? Por lo que veo eres alemana...", por lo que ella decidió el contarme el por que, "Mi padre es un campesino alemán pero hace unos años fue a Inglaterra por trabajo y conoció a mi madre; me tuvieron a mi y luego volvió conmigo y mi madre a Alemania, todo iba bien, pero en 1937 por alguna razon mi madre nos abandonó y se fue a enlistarse en el ejército inglés dejándome a mí y a mi padre; cuando pasó lo de Polonia mi padre quería que me una al ejército alemán, pero la ideología alemana me parece cruel, y además no aceptan mujeres, y ahora dime, ¿cual es tu historia?."

No sabía por donde empezar por lo que solo dije, "Pensaba lo mismo que tu sobre lo que hacen los nazis, mi padre me echó de mi casa y mi madre esta muerta", lo último recuerdo haberlo dicho con mucho odio, recordando a mi madre volteando su cara. Por lo que entendí que Aixa en realidad es inglesa, y esta en busca de su madre.

Luego de haber rodeado Berlín por el hecho de pasar desapercibido llegamos a Hamburgo,  me bajé de mi auto, agarré mi maleta y la de Aixa y caminamos un kilómetro aproximadamente hasta el puerto. Ahí nos esperaba un barco, pagué con lo que me quedaba de dinero a mi y a Aixa un pasaje y partimos rumbo a Inglaterra, una isla, un nuevo comienzo; me iba a vengar de los putos nazis.