Capitulo 3
Nos ubicabamos en alguna zona al este de Moscú, era un bosque ; tranquilo, muy poco ruido sacando los disparos de rutina. En ese lugar practicabamos junto a los demas, aunque seguíamos siendo el equipo que era usado para estos, "trabajos pesados".
Cinco nuevos integrantes se unían al pequeño pero poderoso pelotón 606; Sergei Roldaun (un ruso de unos 30 años con una cicatriz que iniciaba en la mejilla izquierda y terminaba en su ceja izquierda pasando por el ojo), Shiva Kat (Esa mujer era de origen africano de unos 42 años, y recuerdo su mirada, una mirada mas fría que la propia Rusia), Abigail y Barbara Torres (otro par de gemelas, Abigail de pelo rubio y su hermana de pelo negro como la noche, eran muy religiosas y de origen español), y Vanya Panasyuk (la mas joven, contaba con 18 años en ese momento, rusa, de pelo color castaño claro casi rubio y ojos verdes, dejenme decirles que esa chica estaba, totalmente loca).
En Rusia hacía mucho, mucho frío, incluso estando al lado de una fogata al medio día; recuerdo, que el día en el que llegamos, un 18 de noviembre, retiraban el cuerpo de un pobre diablo que había muerto congelado y solo, pobre muchacho.
Debo admitir que me gustaba correr en el frío, era una sensacion extraña, por una parte sentías dolor, pero ese dolor me hacía sentir vivo; sentía como el frío se adhería a mis huesos como si de agua se tratase, pero al mismo tiempo, sentía, sentía un calor que provenía de algun lugar de mi pecho.
No disfruté mucho el tiempo que estuve en Rusia, Karla en cambio, parecía pasarla bien estando en su patria nuevamente. A algunos no les desagradaba del todo el lugar, como a Frank; a el le agradaba el lugar por alguna razón pero no los sovieticos (ni siquiera Karla).
Aixa y yo nos unimos bastante durante ese período, pues a nosotros dos nos tocaba la vigilancia del muro norte de nuestra base (ya que este era cuadrado), el período era de una a dos de la madrugada, (durante el día la base contaba con mucha, demasiada vigilancia). Una noche estábamos caminando junto a la reja que se encontraba del lado exterior del muro, no lo recuerdo bien, pero creo que estábamos hablando del frío, de la fría Rusia, cuando lo note, silencio, demasiado silencio, le siguió un silbido, luego varios; subí al muro y miré al cielo, y en la oscuridad de la noche podía ver a decenas de hombres cayendo en paracaídas, era un 20 de noviembre; los disparos empezaron a sonar casi automáticamente, se escuchaban por todos lados, eran los nazis.
Escuchaba gritos en alemán, en inglés y en soviético; entendía lo que cada uno decía, y las emociones que sentían. Les juro que pensé que esa noche no lo contaría debido a como empezó la batalla, pero déjenme decirles que los soviéticos son duros.
Agarré mi Mosin Nagant y me uní al tiroteo junto con los demas, Aixa hizo lo mismo con su M38; dispare y mate a dos nazis que venían hacia mi posicion, a uno le di en el pecho (que de seguro le destroce el pulmon izquierdo con ese disparo al pobre desgraciado), y al otro una bala penetro en el orificio donde debería de estar el ojo derecho dejando solo un agujero ahí. Estaba apuntandole a uno que estaba disparando a Karla y Frank, sin prestar mucha atención a mi entorno, tan así que uno salió de mi izquierda y me derribó al instante; estando en el suelo lo reconocí al instante, Karl, un viejo amigo de la infancia, obviamente alemán. Al mirarme quedó sorprendido, no llegó a decir nada que, al ver una granada en su cinturon le saqué el seguro y me empecé a alejar tomando mi arma nuevamente; y tendre para siempre en mi mente grabada su cara, su cara de miedo, estaba muy asustado, la bomba exploto dejando ver como un brazo volaba hacia un lado y una pierna hacia el otro... lo siento Karl.
No me pude distraer mucho que escuché un grito de dolor a mis espaldas, volteé y vi a Aixa en el piso, le habían disparado, al ejecutor del disparo le destrocé el cerebro. La bala que le dieron a Aixa había dado en el hombro derecho y había seguido su camino, la recosté en el suelo y le puse nieve en la herida, me levante agarrando nuevamente el rifle, no iba a dejar a mi amiga ahí, le disparé a otro nazi en la espalda, y a uno que escapaba en el pecho, ese cayó de rodillas y murió. En algún momento una bala perdida me rozo la mejilla y me tropecé golpeándome la cabeza fuertemente contra el suelo.
Habré despertado unas horas mas tarde en la enfermería, me dolía el vientre y sentía dolor en la cara por donde rozó la bala; Karla estaba a mi lado, la miré:
-¿Que...?- dije escuchando mi voz entrecortada.
-Te encontramos en el suelo sangrando, junto a ti estaba Aixa, si hubiesen estado un rato mas en la nieve, hubiesen muerto.- dijo mirándome atentamente.
-¿Y ella esta...?- no podía llegar a terminar mis oraciones.
-ella esta bien, tu solo descansa, solo quería ver que estuvieses bien.- dijo tomando mi mano y mirandome.
-Gracias...- es lo único que pude decir
Ella me dejó y dormí. Desperte un 22 de noviembre, Aixa se veía bastante mejor, y yo ya estaba totalmente recuperado, ese día nos citaron fuera de la base a enterrar a nuestros soldados caídos, eran muchas personas que ni siquiera conocía, salvo por uno, Frank; el había muerto, lo habían dejado como un colador de tantos disparos que le fueron, el pobre infeliz. Todo esto volvió el entorno de la base aún mas triste y deprimente.
Al día siguiente a mi, a Aixa y a las gemelas Torres nos ascendieron a soldados de primera, lo mismo que un soldado pero con un poco mas de respeto en mi opinión. A Karla la ascendieron a cabo, ella había salvado varias vidas incluyendo la mía propia, le estaría eternamente endeudado y agradecido.
El 30 de noviembre iniciaría un conflicto al que se le llamó "Guerra de invierno", un intento de la Union Soviética por agregar a Finlandia a su territorio. En este conflicto solo tuve una pequeña participación y fue una misión de reconocimiento que hice junto con Karla, Diana y Sergei. Fue solo una simple misión nada muy alocado, teníamos que infiltrarnos en una base militar bastante grande al norte de Hartola; fuimos por tierra, por el este, buscabamos planos o algun tipo de información que les sirviese a los soviéticos cuando atacasen esta base mas tarde, era simple, entrar y salir sin que nadie nos vea.
En la entrada se encontraban cuatro hombres armados hasta los dientes, en un movimiento rápido le corte el cuello a uno con mi navaja, al parecer sus gritos ahogados llamaron la atención de los otros tres los cuales fueron asesinados por mis compañeros, rapidamente escondimos sus cuerpos en la nieve y nos pusimos sus respectivos uniformes.
Karla y Sergei hablaban en finlandés (vaya uno a saber como aprendieron), pero al entrar en la base disfrazados de nuestros enemigos ellos respondían si nos decían algo.
La base estaba llena de enemigos, la idea era esta, Diana y yo llamaríamos la atencion para que los soldados se concentrasen en un punto y Karla y Sergei buscarían en una carpa de reuniones todo lo que pudiesen conseguir.
La sargento y yo estabamos afuera y mis compañeros dentro de la carpa; le disparé al primer soldado que ví en la frente para poder llamar la atención y Diana tiró un disparo al aire. Empezamos a correr al punto de encuentro fuera de la base mientras nos seguían algunos hombres de los cuales quitamos del camino rapidamente, llegamos a nuestro punto y esperamos varios minutos a nuestros dos compañeros que llegaban con bastantes papeles, al volante del jeep willie estaba Vanya, y dejenme decirles que su manera de conducir era tan loca como ella.
Esta misión me hizo dar cuenta, que esta guerra no sería facil, ni tampoco corta; sabía que iba a ser duro, pero no cuan duro.
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El soldado
ActionUn joven soldado aleman durante la segunda guerra mundial que no esta de acuerdo con las ideas del fuhrer y como su papá era un alto mando alemán, en vez de matarlo por traición lo que hacen es exiliarlo, y el se une al ejercito de Inglaterra. El ad...