Capitulo 5

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Desperté unos cuantos dias despues, tres o cuatro, hacía algo de frío; desperté en una cama bastante blanda. A mi izquierda vi a Diana, estaba en otra cama, con la cara vendada mirando hacia la nada, no imaginaba lo que debería de estar sufriendo; gire a mi izquierda y estaba Karla, acostada en un sillon al lado de mi cama. Ella era mi mejor amiga en ese triste lugar, en cierta forma me entendía mejor que nadie.

Intenté levantarme, no necesitaba estar ahí, ya estaba bien, preparado para seguir peleando, pero al lograr sentarme en la cama Karla abrió los ojos como platos en mi dirección.

-Buen día- me dijo con una sonrisa.

-Hola...- me quedé mirando al suelo.

-¿Que se supone que haces?- dijo mientras agarraba un libro en una mesita a su lado.

-Pues, me voy a reportar como sano...- dije.

-Lo que debes hacer en este momento, es descansar- me dijo mientras se paraba y me empujaba a acostarme.

-Pero...

-Gracias.- me dijo, y se volvió a acostar en el sillón.

Me volví a recostar y me dormí rapidamente, lo único que recuerdo es que tuve una pesadilla, no recuerdo muy buen que fue, pero fue suficiente para hacerme despertar en la madrugada. Hacía mucho frío, y Karla dormía en el sillón, agarre el acolchado de mi cama y la cubrí con el, me puse mi ropa, y me abrigue un poco y salí a caminar un buen rato, al poco tiempo de estar caminando vi un mastil, y en él había una bandera de Francia moviendose con el viento, no me agradaban los franceses.

Caminé por todo el limite de la base hasta volver a la pequeña enfermería donde estaba, esta vez vi a Aixa en su propia cama, le habían disparado en la pierna. Me senté en su cama.

-Hola.- dije con una sonrisa

-Fue heroico lo que hiciste en esa misión.- me dijo con una voz ronca.

-Hice lo que debía.- dije.- debo de contarte varias cosas...- dije, ella era la que me había acompañado desde Alemania y merecía saberlo.

-¿Si?.

-Soy... Soy un nazi, hijo de Heinz Guderian, mi nombre es Gabriel Guderian.- dije- se que no merezco, tu amistad, ni la de nadie, pero mereces saberlo, confío en ti lo suficiente.

-Dios Gabriel, ¿te pensabas que no lo sabía?, recuerda que yo tambien estaba en Alemania, vi tu cara en varios diarios pero no hiciste ninguna atrocidad, no deberías lamentarte de nada, eres mi amigo, y puedo decirte que esta todo bien.- me dijo sonriendo, yo sonreí tambien y me levanté de su cama.

Me acosté y me quedé mirando al techo, y cuando Karla se despertó fingí que estaba dormido y me "desperté" al poco rato.

  En suplantación de Diana llegó una nueva lider del pelotón 606, se llamaba Belen Vallejo, una mujer de unos 40 años con un acento inglés muy pronunciado, tenía el pelo ondulado, usaba lentes y no era de una estatura particularmente alta. Había algo en ella que me hacía pensar que ya la conocía pero lo ignoré. La mujer era sargento, el grado mas alto en el pelotón, a mi me ascendieron a cabo por mis "acciones heroicas" y "experiencia" en el campo de batalla.

   En la noche hicimos una estupida ceremonia en la que nos presentabamos a la sargento, al momento en el que vi cuando saludo a Aixa caí en la cuenta, eran demasiado parecidas, esa mujer era su madre y ella parecía no verlo. Al día siguiente llamé a Karla, y la llamé a un costado para hablar con ella.

-Tengo 2 noticias, y ninguna es buena- dije- primero, ¿que se supone que debemos hacer con los nazis?- le pregunté.

-Matarlos.

-Pues, soy nazi, y encima hijo de un alto mando, Heinz Guderian.- dije mirando al suelo.

-No me importa- dijo mirandome- eres mi amigo Gabriel, tu pasado no me importa.

-Pero, yo...

-No pasa nada. Ahora, ¿que es lo otro que ibas a decirme?- dijo tomandome de los hombros.

-Hay un traidor en el 606.- dije

- ¿Y confías en mi?- dijo mirandome algo preocupada.

-Mucho, Diana me lo dijo, asi que las he descartado a ustedes dos, pero faltan varios.

Nuestra conversacion siguió en acusaciones a distintos miembros y llegamos a un callejon sin salida. Al día siguiente llegaron nuevos reclutas al pelotón, el nigeriano Pulika Asemota (un hombre negro bastante alto, con lentes, sus ojos eran marrón muy claro y era calvo), Branca Brito, (una chica portuguesa de 23 años, no muy alta, de ojos oscuros, mirada burlona y pelo lacio hasta los hombros) y Barbara Perez (española de 22 años, de pelo lacio castaño hasta un poco por debajo de los hombros, ojos color celeste y mirada seria).

   Les dimos la obvia bienvenida y me toco a mi explicarles nuestra función, que eramos el pelotón suicida. Pulika y Barbara eran expertos en combate cuerpo a cuerpo, mezclando varias técnicas distintas por parte de cada uno, y Branca tenía una puntería perfecta, nunca fallaba. En la noche Belen nos llamó a encontrarnos en la otra punta de la base para hablar de nuestra futura misión.

   Nos dió una bienvenida y en una mesa había un mapa táctico de Francia, y 3 figuras que simulaban ser los nazis de color rojo y una de color azul que nos simulaba a nosotros.

-Muy bien pelotón, ya estamos todos, llego un informe de una futura invasión a Francia, viene un gran ejercito, bastante grande a conquistarla, la principal misión es asesinar a Heinz Guderian y a su mano derecha del que solo se conoce su apodo, "destructor". ¿Ideas?- empezó.

-¿Esperarlos en puntos estrategicos en la capital?- dijo Karla.

-es una buena idea- dijo la sargento acomodando las piezas simulando nuestro movimiento.

-Encontrarlos antes de que entren a el territorio francés- dijo Jeremy bastante seguro.

-Esa podría ser una posibilidad- aseguró Vallejo.

-A partir de bombas concentrarlos en una zona a la mayor cantidad posible y dejarles una bomba ahí- dijo Sergei.

-Es algo bastante explosivo, pero podría funcionar- dijo Belen pensativa.

-Nada de eso va a funcionar- dije mientras ponía las piezas formando un triangulo y poniendo la azul en el medio- La mejor opción es infiltrarnos y dejar que ocupen Francia, o al menos una parte de esta, luego de una batalla ganada los nazis celebran, ahí es cuando matariamos a Heinz y a su mano derecha, destructor.- dije mirando al mapa y fingiendo un ataque con las piezas.

-¿Cómo estas tan seguro de eso muchacho?- dijo la sargento Vallejo.

-Conozco bien a Heinz Guderian, se como funciona mi padre mejor que nadie.

El soldadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora