Querido abuelo;
¡Hola abuelo! ¿Qué tal? Bueno, iré al grano... Nunca te llegué a conocer tú voz, cuándo te fuiste, yo sólo era una niña.
Mamá siempre me contaba qué eras una persona de buen corazón, qué yo era casi cómo tú hija.
Pero, llegó ese día del accidente, dónde abuela y tú fallecieron...
Abuelo, estoy llorando... Abrázame, sal del cielo por lo menos un rato y abrázame.
—Chica.