Querido abuelo;
¿Qué puedo decir de tí viejito? Eres y cómo mi segundo padre, cariñoso, dulce, amable... Hasta el papel de la madre hacías.
Ahora estás con el tema de la diabetes, pero yo sé qué eres un luchador abuelo, y no vas a dejar qué nadie te derrote.
¡Se fuerte abuelo! ¡Resiste, eres un luchador! ¡FUERZA!
—Bon.