III

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Trató por todos los medios de permanecer tan sensato como siempre lo había sido.

Se hizo creer que después de ese día juntos, LuHan volvería a la vida real en cuanto entrara a su apartamento.

Creyó que SeHun lo dejaría ir después del almuerzo.

Porque LuHan nunca esperaba nada de las personas.

Porque LuHan aprendió con el tiempo, que esa era la mejor manera para evitar las decepciones.

Porque LuHan sabía que al mirar a ese hombre, su vida ya no sería nunca más la misma.

Sin embargo, la misma noche en que se conocieron, se encontraron.

Las mañanas de LuHan ya no estaban vacías y ya no eran monótonas.

Ahora estaban llenas de vida.

De desveladas traviesas.

De hacer el amor en cada rincón de su ahora hogar.

De amor.

Porque, desde aquella noche, Sehun se había colado en sus pensamientos (incluso en sus sueños húmedos) y el pequeño Hannie ya no cantaba solo mientras cocinaba.

Porque el pequeño Hannie ya no tenía que dormir solo y procuraba llegar más temprano de lo usual.

Porque había alguien esperándolo en casa.

El más joven no estaba convencido al principio.

Por supuesto, temía al fracaso.

Pero los besos y las palabras sucias de Sehun cuando se lo follaba, desvanecieron cualquier tipo de incertidumbre.

El otoño se fue y el invierno llegó.

No era una broma cuando un par de semanas antes de Navidad, el pequeño ciervo le dio el sí al rubio para irse a vivir juntos al departamento de este último.

SeHun cada día, se las ingeniaba sorprender a su novio con detalles sencillos, tratando de convencerlo aún más de que LuHan no se equivocaba al aceptar dejarlo entrar en su vida.

SeHun se convirtió en su héroe.

En su castillo.

En su rey.

En el hombre que siempre había anhelado.

El silencio ya no lo aturdía más porque las risas escandalosas de LuHan mientras veía su serie favorita desde el sofá de la sala, le llenaban el alma de vida.

LuHan se había convertido en su espíritu, en su prioridad.

Febrero asomaba sus ojitos ya. 

 Decir que las cosas iban de maravilla, sería una absurda mentira, pero al menos, la relación entre SeHun y Lu, lo estaba. 

Nada de lo que merezca hacer presencia de drama. 

Los problemas comunes del trabajo se presentaban de vez en cuando. 

Pero las largas juntas, los pequeños viajes hacia otros países y el ajetreo de la ciudad, no impedían que aquella pareja de amantes dejara de amarse un sólo día. 

 Era alrededor de las nueve de la noche. 

 Se suponía que Lu debía haber salido desde las 5, pero su jefe decidió que era buena idea llevar a cabo una junta directiva en la que se tocaron diversos puntos esenciales para mejorar el desarrollo de la empresa. 

POR FAVOR NO TE VAYAS [HUNHAN MPREG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora