El precio de la fama

Pequeño paraiso

Volver a la rutina no ayudaba a Lana para nada en seguir adelante, parecía sumida en una depresión profunda de la que no podía escapar, a pesar del apoyo constante de su esposa cuando estaban a solas no conseguía pasar página. Perder a alguien tan importante no se puede olvidar, te persigue toda la vida y al estar tan reciente la morena no sabía cómo levantar la cabeza, sus ojos estaban apagados y tristes, hacia un esfuerzo por sonreír, estaba viviendo un auténtico calvario y Jennifer se desesperaba sin saber cómo animarla, cómo ayudarla en esos momentos de dolor.

Para acrecentar la tensión, los paparazis y la prensa no dejaban de perseguirla, de acosarla con preguntas sobre la vida de su padre que se negaba a responder, sacaban provecho de su dolor, vendían sus lágrimas a la prensa rosa sin escrúpulos y ese hecho desquiciaba a la rubia, que a punto estuvo de pelearse con algunos de aquellos que acosaban a su mujer con tanto ahínco.

Poco después de volver a la realidad, las convocaron para mantener una entrevista hablando sobre Swanqueen, Jennifer consiguió eludirla sutilmente pero Lana no quiso hacerlo, concedió la entrevista vía teléfono, con su esposa mirándola con cara divertida, escuchando sus respuestas y riendo con disimulo. ¿Por qué no había querido conceder la entrevista? Interiormente le daba algo de miedo que ese ship fuese canon pues un romance en pantalla podía destapar antes de tiempo su relación, ese era su único impedimento ya que secretamente ella deseaba que se produjera el milagro y Regina encontrase su final feliz junto a Emma, eso supondría dejar de presenciar besos poco deseados de su amada con el baboso de Sean, a quien odiaba con toda su alma.

Cuando finalmente colgó el teléfono, miró a su mujer que seguía riendo y la interrogó con la mirada, finalmente se sentó a su lado y la dejó reírse sola sin entender qué le causaba tanta gracia.

-"¿De qué te ríes tanto? ¿Tan mal estuve en la entrevista?"

-Estuviste magnífica, toda diplomática.

-"Solo dije lo que pienso, no encuentro que sea gracioso"

-Me ha hecho gracia que dijeras que soy una mujer increíble

-"Yo no dije tal cosa, te lo inventas"

-Sí lo has dicho

-"No de ti, lo dije de Emma Swan, hablaba sobre Emma y Regina"

-Ja Ja, es lo mismo, por cierto en una semana tenemos día libre, no hagas planes

-"Vale, igualmente no pensaba hacer planes sin ti y por cierto en una semana nos llegará un sweeter Swanqueen"

-¿Un qué?

-"Un Sweeter, eso me han dicho"

-Ya imagino la reacción de los fans cuando subamos esa foto a twitter

Se sonrieron, bromear y tontear las ayudaba a olvidar el mal momento que estaban viviendo, el dolor de Lana traspasaba a Jennifer, haciéndola sufrir más de lo que admitía.

Había planeado perfectamente su día libre, iba a darle a su mujer una enorme sorpresa, a hacerla sonreír le costara lo que le costara, le demostraría que aun podía sorprenderla y darle el mundo si hacía falta.

La semana fue pasando con lentitud y Jennifer parecía distante, siempre en sus pensamientos perdida y con mirada ausente. En su mente repasaba todo su plan para el domingo, el día que iba a dedicarle a su esposa por completo. Había conseguido hablar con un viejo conocido y, después de una gran suma de dinero, sabía que tenía la sorpresa perfecta y que ese día sería más que especial para su mujer.