11.- Suicido

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Karol: ¡Suéltame inútil ! –le tire un codazo al guardia de seguridad del hospital-

-Señorita, no puede entrar hasta que se calme –dijo como si nada-

Karol: ¡¿Cómo quieres que me calme si mi mama esta postrada a una cama y no se su condición?! –tragó en seco-

-Solo le pido que se calme para que pueda entrar –deje de tirarle codazos y patadas- gracias, ahora sígame.

Cuando le vi a mi mama ahí tirada sobre un charco de sangre, mi única reacción fue llamar a mi padre, quien vino después de 10 minutos, estaba peor o incuso como yo , cuando la trajimos no nos dejaron pasar a la habitación y como era de esperarse no tenía paciencia.

Solo quiero que este bien, debí haberme quedado, debí haberle echo caso, ella sabía tenía un presentimiento por eso no me pido que me quedara.

Sollocé al recordar lo que paso ayer. Si ayer llevamos esperando en el hospital un día ahora entienden mi desesperación.

Al parecer el guardia se dio cuenta de mi estado, volteo y me entregó un pedazo de papel, lo recibí y le di un "Gracias" como respuesta.

Llegamos al pasillo y en uno de los aciertos estaba mi padre quien vino directamente a mi y me abrazo, le devolví el abrazo. Un carraspeo nos hizo separarnos, era lo que supongo un doctor tenia esas típicas gafas y una bata, en su mano había un portafolios.

Karol: ¿Cómo está mi mamá? –hable sin más pre ángulos-

-Seré sincero –suspiro– su estado es crítico.

Alberto: Dígalo, doctor –al parecer no era la única impaciente–

-Quisiera hablarlo a solas.. –armó un camino con su mano, avance pero me detuvo con su brazo– a solas con usted señor Sevilla –mi padre asintió y se fue con el doctor-

Bufe mientras veía como se iban un poco más lejos de donde yo me encontraba. Golpee el suelo contra mis pies, harta estaba de esta intriga, tan difícil es decir como esta alguien.

Solo veía sus muecas de ambos y como el doctor movía sus manos en forma de tratar de explicar algo que no entiendo. Mi padre llevó sus manos en su cabello con ¿frustración? No lose lo única que sabía era que tenía que estar preparada para todo, pasaron segundo minutos hasta que por fin terminaron, se acercaron a mí , su sonrisa lo decía todo, tengo que esperar para lo que sea.

Karol: ¡Habla de una bendita vez! –exigí a gritos-

-Mejor los dejo a solos –hasta que por fin dice algo razonable-

Alberto: Tu... –tartamudeo- tu mamá... -sus ojos se empezaron a humedecer- está en coma –se tapó la boca para evitar un sollozo, mientras yo no me movía, no decía nada- perdió mucha sangre y.. y, tiene pocas posibilidades para resistir esta noche-

Sentí que deje de respirar por un momentos, o podía moverme, quería gritar pero no podía solo podía sentir como lágrimas caían por mis mejillas.

Camine rumbo a la habitación de mi medre y al verla ahí en esa camilla, lleno de cables y aparatos que no entiendo de que sirve. Ahí está ella mi madre, la que a pesar de todo siempre estuvo conmigo, no soporte verla así y me puse al costado de el colchón con mis rodillas en el piso y mi cabeza en su cama, agarra tan fuerte su mano con miedo que se valla que no me sorprendería que en cualquier momento se rompiera en pedazos. Llore, llore de arrepentimiento, quisiera que esto fuera un sueño y en cualquier momento despertase, pero no lo es.

¿Puedo Confiar En Ti? |Próximamente En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora