22.- Miradas

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"Tu ignorancia es como un cuchillo que atraviesa mi pecho hasta llegar a mi corazón"


Miré la avena, estaba en mi plato, el olor me obligó a taparme la boca y parte de la nariz, su olor nunca fue uno de mis favoritos, tenía una teoría de como reaccionarían al saber todo lo que callé estos meses, saqué mi mano de mi cara para terminar de hablar, nadie había tocado su desayuno desde que nos sentamos 一con intensiones一 a desayunar, no hubo ruido, solo se oían nuestras respiraciones y los latidos apresurados de mi corazón, giré mi cabeza mirando a todos, tenía la leve ilusión de que alguien dijera algo, por otro lado, el miedo de lo que dijeran aún seguía presente. El sonido del reloj que estaba encima del refrigerador, se empezó a oír, un sonido suave se escuchó, la manecillas del reloj marcaron las siete empunto, solo nos quedaba como media hora para hablar antes de que fuéramos al instituto.

Froto las yemas de mis dedos, mi manos sudan, golpeo mi pie contra el piso, provocando un sonido, pero por el silencio se oyó mas fuerte.

Mire a Ana, su mirada era neutral, los que la conocíamos sabíamos perfectamente que eso no era una característica de su personalidad. Sus ojos marrones me miraron, examinando cada palabra que dije, llevaba una blusa blanca que la hacia ver mayor, madura, y sin ni una pizca de ser niña o poseer comportamiento clásico de ellos, sus labios se abrieron, sabía lo que iba a pasar, un severo sermón, parpadeó y habló.

  一No te puedes enfrentar sola 一agarró mi mano pasándome su apoyo a través de su tacto, pude jurar que de mi salió un suspiro relajador一, no volverás a estar sola, nos tienes a nosotros.

Asentí con la cabeza, una lágrima cayó sobre mi mentón, no lo había pensado de esa forma, remarcando las virtudes de cada uno me sería más útil, en especial Jorge, por más idiota que sea, es un genio en todo lo referente al ordenador, tecnología, si se lo propusiera, podría desbloquear los códigos de la NASA, Chiara podía minimizar con la mirada hasta el más grande adversario. Apoyé mis codos despedazando el panqueque que segundos ante le quité a Carolina, recibiendo por parte de ella una mirada de desaprobación por mi comportamiento, como dice ella: No apropiado de una dama.

  一Y..., ¿ya leíste la carta de tu padre?  一Lionel le tira un codazo a Jorge por debajo de la mesa, pero se dejo notar por la forma en que lo dramatizó一.

  一No. 一respiré profundamente一, tengo miedo de lo que pueda encontrarme ahí.

No mentí, ver lo que hay dentro de esa caja, incluyendo la carta, era como volver a sentirme como hace..., ¿unas horas?, no mejoré mucho desde su muerte, pero tampoco quería volver a caer en la tentación de cortarme, no, si, las ganas de hacerlo me consumían, bajé mi brazo hasta abajo de la mesa, en la otra mano tenía la navaja, la famosa navaja, apoyé mi dedo índice con el mango, para hacerlo un poco más profundo, el filo cortó mi piel como una fina tela de seda, mi cara se quejó por el dolor, sus caras eran de interrogación, estaba apunto de soltar un quejido de dolor, pero el llamado de una voz desde afuera de la puerta me interrumpió. Mi pulso se volvió más apresurado, Carolina sacó atrás la silla, con intenciones de abrir la puerta, repetí sus movimientos pero de una forma mucho más rápido.

  一Yo voy 一me apresuré a decir antes de que se parará por completo一. 

La voz se puso más notoria conforme me acercaba a la puerta, es masculina, pensé, giré la manija y la puerta se abre dejando ver a un Michael ligeramente despeinado con unos pantalones rasgados en la mínima parte de su rodilla.

  一Hola, buen día 一intenté sonar lo más cortés posible一 

Sonreí esperando respuesta por parte de él, lo cual nunca llegó.                                                                 

Pasó delante mío sin siquiera mirarme, duele, su expresión cambio radicalmente cuando vio a todos desayunando, su sonrisa creció.

 一Michael. 一lo llamé pero el solo me ignoró一. ¡Michael! 一no obtuve respuesta一

Todos 一excepto él一 me miraron esperando que dijera algo, más solo yo lo miraba a él preguntándome por su actitud, evadía mi mirada, mordí mi labio. Corrí hacía las escaleras, entré a mi habitación, saqué mi mochila y salia de ahí tan rápido como entré, en el comedor seguía todo igual, a diferencia de Michael, quien gustaba de mi desayuno sin mirarme, su comportamiento me dolió, pero yo lo provoqué. Culpa mía. Abrí la puerta, mi pie salió de la casa, me detuve, voltee con la poca dignidad que me quedaba.

  一No me esperen para el almuerzo 一pensé en la siguientes palabras antes de soltarlas一  ni para dormir.

Cerré la puerta tras mío mientras lágrimas corrían por mis mejillas, dolía como el demonio, la presión el pecho, todo, cerré mis ojos mientras la brisa secaba mis lágrimas.

  一Mami, te necesito.

Me abracé a mi misma tratando de darme calor, no funcionó, miré hacia mi delante, las calles estaban decoradas con la temática de Halloween, caí de rodillas en medio de la pista, murmullos se escuchaban a mi alrededor pero hice caso omiso a todos y a todo.



Lamento haber echo esperar, pero el mes de Septiembre tuve muchas cosas en medio, lo cual no me dio tiempo de publicar pero si de escribir, terminaré el maratón los más pronto posible, quiero agradecer a los que llegaron hasta aquí, gracias, gracias por leer desde el primer capítulo y no irse por mi falta de inactividad o mi falta de experiencia, tienen que leer los siguientes capítulos, van a estar muy interesantes, y... candentes 7u7

ANDREA .-.

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