¿Puedo Confiar En Ti? |Próximamente En Edición

9.- Verdades

VA A ARECER SIMON!En este cap

Karol: ¿Cómo?, ¿Cómo que nos vamos?!! –Golpee la mesa con mis puños-

Alberto: Es difícil de explicar Karol –bajo la mirada-

Karol: Dilo con palabras y no me hagas perder mi paciencia –hable seria ante esto-

María: ¡Ya basta Karol, no estamos pasando por un buen momento y tu vienes con faltarle el respeto a tu padre! –no dije nada, solo agache la mirada y una lagrima se deslizo por mi mejilla, la limpié con mi puño con fuerza-

Alberto: Corremos peligro de muerte, hija –hice un ademán con la mano para que continuara- Por eso debemos irnos no tenemos más tiempo, el vuelo sale mañana después de que salgas del instituto, te pasaremos a buscar y podemos adquirir en Francia uno de esos paseos para poder festejar tu cumpleaños.

Karol: ¿Quiénes, quienes quieren matarnos? –si nos íbamos a ir dejando mi vida aquí quería saber todo-

Alberto: Mi... -bajo la mirada- La persona que quiere asarnos, esto lo hace por venganza a si a mi y mi familia, osea todos nosotros –susurro- , es todo muy difícil de entender pero te contare todo lo prometo.

Karol: Yoo.. –titubee- necesito pensar las cosas, debo irme.

Agarre mi bolso y Salí de la casa tan rápido como entre, escuchando a mis padres que me detuviera.

La única persona que puede ayudarme a ahora es Valentina, paró un taxi para que me pueda llevar a su casa , reviso mi celular y son a las 3 pm, al bajar le pago al taxista, toco la puerta y aparece una señora de unos 45 aproximadamente con su cabello rubio con unas no muy notables rayas de canas sobre su corta cabellera, debe ser su mama.

Karol: Buenas, vengo a buscar a Valentina ¿esta?

-Lo siento cariño, a salido ase media hora y no creo que llegue pronto, ¿quieres dejarle algún encargo de tu parte? –preguntó con una amable sonrisa, de esas que te sube por completo el ánimo-

Karol: No, no se preocupe yo después la llamo, adiós

Me fui caminando, necesitaba pensar, una nueva vida aun no conozco a la persona que quiere matarnos, será por su trabajo de mi padre.

Me siento como una niña jugando con las líneas de las veredas, a lo lejos puedo ver un parque con juegos y niños por aquí y por allá ¿Por qué no?. Deje que mis pies tomaran absoluto control sobre mi cuerpo.

Llegue a la esquina del parque y puede visualizar a un señor con ese típico carrito de chucherías, los niños exigían a sus padres que los compren lo que ellos deseaban, ¿alguna vez le habré hecho eso a mi padre? Me rio de tan solo pensar esa idea tan absurda, seguramente lo hice pero el con su muy duro carácter me lo habrá negado de todas las maneras posibles.

Me formo en la no muy larga fila, se va achicando conforme pasa el tiempo y por fin llega mi turno. Adquiero un algodón de azúcar de esos grandes pues de chica no me consentían como a las demás niñas a esa edad.

Me siento bajo un árbol que me da su sombra.

Una niña con un pantalón roto y su peinado hecho un caos comiendo un pedazo de naranja y su madre viéndola con pena. Esa es mi vista una familia que no tiene el dinero suficiente para comer. Me acerco a ellas mus segura de los que voy a hacer a continuación, me agacho para quedar a la altura de la pequeña que me mira con sorpresa con esos ojos que al verlos quieres complacerlos en todo.