Estaba en el árbol cerca de donde debía estar mi ventana, esperando a que ellos aparecieran, para poder seguirlos y matarlos.
Creo que me volví loca, psicópata o como lo llamen, pero nunca me he sentido más bien que en toda mi vida y no pienso desperdiciarlo. He visitado a varios campamentos y en todos hice lo mismo. Asesinar a sus propietarios. Era una sensación agradable y dulce, indescriptible. Repuse mis suministros con lo que había en cada cabaña. Volví a mi árbol y esperé. El sueño me venció, pero oí unas ramas romperse debajo de mí. Escuché con atención, pero no me asomé, si son los tipos, sería un suicidio delatar mi posición.
Lo eran, ahí estaban, con sus trajes recién planchados e inmaculados. El odio y la ira volvieron a mi, pero me contuve y los observé, se fueron en dirección contraria a la que llegaron y los seguí con cautela. Tendría sueño, pero saber dónde se alojaban me daría puntos a mi favor, así que me aguanté el sueño y seguí adelante.
¡Que tonta he sido! ¡Se alojan en una de las cabañas que revisé pero no había nadie! He puesto mi vida en un serio peligro al ir allí sin pensar que ellos viven aquí y yo sin sospechar nada, pero lo bueno es que me conozco la zona y la cabaña es pequeña y me sé de memoria cada una de sus habitaciones. Vuelvo al árbol y descanso. He tenido unos sueños en los que aparecía yo asesinando a los tipos y me han gustado. Pienso matarlos tal y como salía en los sueños, en todos y cada uno.
Me he despertado tarde, a las doce y media, pero no lo doy mucha importancia ya que hoy será el día que cumpliré mi venganza.
Me dirijo a la casa de los tipos con cuidado, pero tengo prisa y acabo corriendo. No hay nadie, perfecto, me esconderé y los mataré cuando lleguen.
Han pasado horas y no viene nadie, me aburro y salgo al exterior. Ese ha sido el mayor error de mi vida, en cuanto salgo, están los dos tipos apuntándome con las pistolas con unas sonrisas maliciosas. Mi locura me abandona y vuelvo a ser la de antes. Corro, corro y corro como si no hubiera mañana, ellos me disparan pero no aciertan, no hay tiempo para vacilaciones y corro aún más deprisa, ellos me persiguen.
Les doy el esquinazo (creo que se dice así) y me desvío hacia el río, creyendo que si lo atravieso, no me encontrarán, pero lo acen a mitad de camino. Necesito descansar, pero el miedo me inspira a correr y no paro ni un solo instante, no debo parar, no quiero parar.
Mi cuerpo no lo soporta más y hace que me desmaye por el esfuerzo.
Todo es negro.
Despierto y veo a los dos tipos delante de mí, con sonrisas malvadas, que no puedo soportar. Intento huir gateando, pero uno de ellos me da una patada en la mochila y ace que me caiga de boca.
"Este es mi fin"-pienso mientras me doy la vuelta a mirarlos.
Ellos hablan entre sí en susurros, me temo que no lo van a dejar en un simple balazo, me van a torturar hasta la muerte, o eso creo. Cuando ellos se despistan un momento, yo aprobecho para escapar, pero uno se da cuenta y me dispara, me da en un brazo. El dolor es insoportable y grito como nunca, la herida me arde y no aguanto las lágrimas.
Ahora sí, se me acercan y yo intento retroceder, pero me patean el estómago y caigo.
Me apuntan y el sonido de un disparo me llega a los oídos y una presión aparece en mi frente.
Todo es negro.
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Muajajajajaja intriga que mala soy. Lectoritos y lectoritas, tengo que deciros que no voy a continuar hasta que vea algunos comentarios, porque no se si os gusta o no la nove y necesito saberlo, también quiero saber qué debo cambiar o algo.
Con amor Icy.
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Un fantasma entre los creepys.
AdventureMe llamo Annie y un día unos tipos llamaron a la puerta de la cabaña en la que estaba pasando las vacaciones con mi familia, la cual desapareció.