Era sábado por la mañana y tenía turno en el lavado de autos, necesito dinero para gastos del baile de graduación.
Me paré frente a mi armario y busqué un buen conjunto para el trabajo.
Saqué un jean corto que combiné con una simple y sencilla camiseta blanca y para los pies unas zapatillas verde agua.
A mi lindo y liso cabello negro lo amarré en una coleta alta. - ¡Lista para el trabajo! - dije frente al espejo.
Estaba sentada en una silla, cansada. -Viene otro carro- me avisa Brandon, mi mejor amigo. -Ya voy- contesté sin mucho ánimo.
Cuando levanté la cabeza para ver el carro que debía lavar, creo que casi salto de la emoción que sentí al ver un Ford Mustang Cobra azul al frente mío.
Mi reacción fue como cuando a un niño le regalan el juguete que tanto pidió.
Me acerqué al carro y la ventana del conductor bajó y vi a un chico que me daba la impresión de ser niño de mami y papi, pero lo curioso y extraño estaba en sus ojos, pues uno era azul y el otro era verde.
- ¿Cuánto será? - pregunta el chico
- 10.00- contesto tranquilamente
-Está bien, dejaré mi carro en tus manos, mientras iré a hacer otras cosas. Regresaré en una hora- dice el chico
. -Estará listo- le aseguro
El chico apagó el motor del carro y bajó.
Tiene muy buen gusto en cuanto a ropa llevaba una camisa roja a cuadros arremangada hasta los codos con un pantalón jeans negro y unas zapatillas negras.
-Eso espero- dice él dándome el llavero del carro.
Me dirigí a donde Brandon.
- ¿Qué te pasó? - pregunta él al verme
No pude contener más la emoción. - ¡Es un Mustang Cobra, Brandon! - exclamé- ¿Sabes lo que daría porque ese carro fuera mío?
-Tú y tus carros
-ah y el chico tenía los ojos cada uno de un color diferente.
-Heterocromia
- ¿Qué?
-La variación en el color de los ojos, así se llama.
-ah ya entendí
Le dije a Brandon que lavaría el Mustang yo sola y que él atendiera otro carro mientras.
Cuando terminé de lavar el carro y miré el reloj vi que faltaba media hora para que el chico regresara y se me ocurrió una gran idea.
-Iré a dar una vuelta en el Mustang- le digo a Brandon.
- ¿Estás loca?, No irás a ningún lado con un carro que no es tuyo y que vale más que mi casa.
-Relájate, nada pasará
-Ginger, no
-Regresaré a tiempo, lo prometo- dije sonriendo, ya que vi que Brandon estaba a punto de acceder.
-Está bien
-No necesito un millón de dólares para divertirme y ser feliz- dije encendiendo el carro.
-No, claro que no, solo necesitas un amigo que te ayude en tus locuras
-También
Fui a la vieja pista de carreras no muy lejos del lavado de autos.
Sueño con llegar a ser corredora de carreras, algún día lo haré.
Di varias vueltas, cada una con un mejor tiempo que la anterior y disfrutando cada segundo que pasaba.
Cuando iba de regreso al lavado de autos, todo iba de maravilla hasta que un perro se atravesó en la calle, pero logré esquivarlo y regresar a mi carril, pero en eso casi le doy a otro carro y para evitar chocar con el carro giré sin ver a donde y bueno acabé estrellándome contra un poste de luz.
-Genial-dije apoyando mi cabeza contra el volante del carro.
Al final llevé el carro al lavado nuevamente y justo cuando estaba entrando vi al dueño del carro y mi instinto o mejor dicho mi impulso fue salir del carro y me fui sin dejar si quiera que el chico me viera.
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Harás Lo Que Yo Diga
Short StoryGinger vive una vida llena de reglas, pero solo hay una que nunca ha sabido respetar, ¡La Velocidad! Ginger ama los autos más que nada y su sueño es graduarse y ser corredora de autos, por eso cuando tuvo la oportunidad de su vida no se lo pensó. K...