11- Quiero Protegerte

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GINGER

Esta semana fue sumamente buena, me sentía en un sueño.

Salí con Karsten un par de veces y empecé a conocerlo más y me di cuenta que es tierno de cierta forma.

KARSTEN

Estaba sentado frente a la computadora y recibí un mensaje a mi celular que decía:

Ten cuidado, te tenemos vigilado.

Si no quieres que nada te pase te sugerimos que hagas lo que te digamos y si no lo haces quizá no te pase nada a ti, pero si a la chica linda con la que siempre estás. Sabemos todo de ella al igual que de ti.

- ¿Qué carajos? - susurré

No sabía quién podía haber enviado el mensaje, pero están amenazando a Ginger y no voy a permitir que le pase nada. De ahora en adelante tendremos un guardaespaldas, no sé qué le diré a Ginger, pero no será que la están amenazando.

GINGER

Cuando llegué al departamento de Karsten vi a dos... ¿guardaespaldas? Por el lugar y Karsten estaba sentado en el sofá.

- ¿Por qué los guardaespaldas? - le pregunté al sentarme a su lado.

- Mi madre me pidió que los tuviera y bueno- dice él, pero lo noté extraño.

No le dije más nada y empecé a hacer lo que él me pidió, lo cual no fue mucho.

En todo el tiempo que estuve con Karsten lo noté un poco distante y más serio de lo normal, pero no le pregunté nada quizá algo pasó en la Editorial.

KARSTEN

No puedo estar tranquilo sabiendo que Ginger puede correr peligro, le diré que tenga, aunque sea un guardaespaldas.

GINGER

Pasó una semana y las cosas seguían igual de extrañas y Karsten no me decía el por qué.

Era jueves y él me fue a buscar al colegio.

- Hola- lo saludé y le di un beso rápido

- Hola- dice y se me queda mirando y noté preocupación en su mirada.

- ¿Qué pasa, Karsten?

- Nada, no te preocupes

Llegamos al departamento y cuando entramos yo me senté y lo miré.

- Ginger... quiero que tengas un guardaespaldas.

- ¿Hablas en serio?

- Sí, solo por precaución

- No, no quiero

- Pero

- No, no puedo, si lo hago mi mamá sabrá que hay algo mal.

- Ginger, por favor

- No

Él suspiró- Está bien - dice y se comenzó a enojar, pero no levantó la voz.

- ¿Qué te pasa, ya no habías superado todo?

- Esto es en serio

- Confía en mí, Karsten

- ¡Confío en ti! No quiero que nada te pase

- ¡Entonces dime qué está pasando!

Él se sentó- No puedo

Me puse de pie y caminé hacia la puerta.

- Yo tampoco puedo estar contigo entonces

KARSTEN

Debí haberla detenido, decirle todo.

Empecé a caminar de un lado a otro pensando en qué puedo hacer.

Necesito que ella esté a salvo, pero no la quiero dejar, ahora mismo ella es demasiado importante para mí.

Dejé de caminar.

- Está bien, si es porque ella esté a salvo terminaré lo que recién empezamos.

Al día siguiente volví a recogerla en el colegio, cada vez que Ginger subía me daba un beso y esta vez no lo hizo así que supe que seguía enojada.

- Ginger... necesito que terminemos- dije

Ella me miró y estaba más enojada.

- Está bien - dice y se baja del carro

Ginger comenzó a caminar y yo seguía en el carro ya que si salía iba a ir detrás de ella y no puedo.

De una camioneta negra bajaron dos hombres y se la llevaron.

Mi mundo en ese momento podía haber terminado.

Harás Lo Que Yo DigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora