Capítulo 1

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- Nadine que piensas hacer? - preguntó mi mejor amiga.

- FIESTA!!! - grité con emoción y ella me miró con el ceño fruncido.

- No - negó.

- No? - me enojé.

- Siempre haces fiestas y se salen de control.

- Eso no es cierto.

- Entonces soy una mentirosa?

- Qué? no quise decir eso.

- Pues lo dijiste.

- Es sólo que mis fiestas son geniales.

- Si vas a ser tus tontas fiestas me voy.

- Adiós - la corrí.

Ahora tenía una sonrisa de oreja a oreja porque haré lo que quiero y es que sinceramente Nicolle actúa peor que mi madre.

Siempre quiere controlarme, odia que me divierta a lo grande y me regaña cuando le mal contesto.

Lo sé ella es toda una madre protectora.

Pobres de sus futuros hijos.

Pero no haré una fiesta si no que saldré a un antro para divertirme un poco, aunque soy originaria de Francia tan sólo llevo dos años viviendo aquí.

Los demás años los viví en USA y toda mi niñez también y vivir aquí es algo un poco nuevo para mí pero también es genial.

Soy una chica fiestera y nada me detiene nisiquiera el horario, son las 11 de la noche pero saldré a la calle porque no me importa nada más.

Mi celular vibró lo chequé era Dean me había enviado un mensaje diciéndome que habría una fiesta en su casa y bueno eso me ahorra tener que caminar.

Porque no voy a sacar mi auto casi a media noche, no no mi auto es preciado y lo cuido más que a mi vida.

Entonces vendrás por mí? - le escribí.

Si sólo esperame y en 20 minutos voy.

Pero gracias a mi terquedad salí antes de tiempo de mi mansión, todo estaba tan oscuro y solitario pero no me importó.

Me pasee por toda la calle esperando a Dean que no venía por mí y odio esperar.

Decidí llamarle para saber si vendría por mí o no, lo peor de todo es que nisiquiera se dignaba en contestar.

Colgué y me entró una llamada que no era de Dean sino de Evan mi ex novio.

Cortamos hace dos días y era tan jodidamente posesivo.

Escuché las ramas de los arboles crujir y volteé asustada pero no era nada, seguí paseando en el mismo lugar esperando la llamada de Dean.

Por fin marcó.

- Ya voy por ti.

- Enserio? desde hace rato me dijiste lo mismo - espeté con enojo.

- No enserio esperame.

- Ya que, pero no te tardes.

- Voy por ti en unos minutos - colgó.

Caminaba por el mismo lugar con fastidio debido a que Dean estaba tardando.

Me puse los audífonos y prendí mi celular me fuí al área de música y la puse, cerré los ojos y lo único que me hizo abrirlos fué el pitido del auto de Dean.

Sonreí aliviada y subí al auto de Dean lo que más amé de su lujoso auto es que habían luces de neón dentro de él.

Sin duda hoy será una gran noche que pienso disfrutarla al máximo y lo que no sabía es que serían una de las pocas noches que estaría libre por última vez.

Síndrome De Estocolmo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora