- Levantate!! - ordenó alguien.
Entreabrí los ojos y supe quién era.
Bruno.
- Dejame dormir al menos - susurré debido al dolor que aún tenía en la pierna.
La bala sigue ahí y nisiquiera me la ha sacado.
- Que te levantes!! - me alzó tomándome del brazo con mucha fuerza.
- Me duele!! - me quejé.
- Alegrate es probable que tus "papis" paguen por tu jodido rescate.
- Hablaste con ellos? - me alegré.
- No por eso te quiero despierta hablarás con ellos.
- Lo haré - acepté desesperada.
- Ahora si tienes miedo no? - se burló.
Lo ignoré mientras el llamaba a mis padres, lo puso en altavoz y escuché la voz de mi padre.
No estaba tan contenta con él pero debía pedirle ayuda, sólo él puede ayudarme.
- Tenemos a su hija.
- Qué? - exclamó mi padre.
- La tenemos secuestrada si no nos paga 500 000 000 € la mataremos.
- No les creo nada y tampoco les pagaré esa cantidad - rió fuerte.
Bruno me miró esperando a que hablara y lo hize.
- Papá tienes que ayudarme me tienen secuestrada desde hace días, no puedes dejarme aquí.
- Nadine?
- Si soy yo tienes que sacarme de aquí no soporto estar más aquí, es un lugar horrible porfavor ayudame - solloze.
- Sacaste el dinero que depositaron?
- Como puedes preguntarme eso?
- Responde - exigió enojado.
- Si joder pero me quitaron todo.
- Entonces no puedo ayudarte.
- Qué? - me sobresalte.
- Fué un gusto ser tu padre adiós para siempre - colgó.
- No!!! - grité fuera de control.
- Basta - me arrebató el celular.
- Vas a matarme, cierto? - lo miré aterrada.
Me quedé quieta mirando como se quitaba la máscara, estaba tan aterrada y noté como su máscara negra caía al suelo lentamente.
Era moreno o tal vez lo veía así porque soy demasiado blanca, sus ojos eran verdes y su cabello ondulado.
Si no fuera mi secuestrador diría lo guapo que es, pero Bruno es malvado y no lo conozco tanto pero no creo que tenga compasión por alguien.
Examiné bien su rostro sonrió malvado al ver que me quedé embobada mirándolo.
- Terminaste de examinarme? - alzó una ceja.
- Porqué te quitaste la máscara?
- Creí que eras más inteligente y lo habías comprendido.
- No comprendo - negué con la cabeza.
- Has visto mi rostro ahora no vivirás para contarlo - explicó seriamente.
Las lágrimas comenzaron a salir sin detenerse y todo se salió de control, Bruno sacó del pantalón algo que no podía ver bien debido a las lágrimas.
Luego me dí cuenta que era una pistola de un tono dorado lo único que pude hacer fué cerrar los ojos.
Probablemente éste sería mi fin y no puedo evitarlo moriré de todos modos.
- Despidete de todo - rió como psicópata.
Escuché un ruido muy fuerte y luego mucho dolor en el pecho, sentía varios balazos en todo el cuerpo y me desvaneci cerrando los ojos tal vez para siempre.
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Síndrome De Estocolmo.
RomanceEra la típica chica que cree que tiene todos sus pies gracias al dinero, creía que con mi belleza rubia era suficiente, me sentía tan superior a los demás y aveces hasta humillaba a las personas. Era tan avara solo me interesaba el dinero y el poder...