Capítulo 2

2 0 0
                                    

Al día siguiente amanecí ya en mi casa y agradecí a Dean que seguramente me había traído.

Es un gran amigo y agradezco tener su amistad.

Mi celular vibró y lo cheque.

Cerré los ojos debido a la iluminación de mi celular, era un mensaje de mi padre que ni viene a visitarme porque le valgo mierda.

Bueno también él me vale mierda aveces lo detesto porque sólo me tuvo a mí y a mi hermana para tener una familia con mi madre y porque la sociedad lo pedía.

Leí el mensaje y puse los ojos en blanco de inmediato.

Nadine necesito que vayas al banco y me saques el dinero que me depositaron.

Que mierda, dinero de qué?

Me levanté de la cama y toqué mi cabeza me sentía mareada debido a tanto alcohol que ingeri.

Mierda me besé con un chico.

Si Evan se entera querrá matarme y no tenemos nada pero seguirá insistiendo, es desesperante porque ya no siento nada por él gracias a su posesión.

Me duché salí me vestí y fuí directo al centro comercial, debo comprar ropa aunque no me hace falta.

Llegué al lugar donde compraría ropa pero antes me detuve en una vineria, tengo que aceptar que me encanta el alcohol y no pude evitar detenerme.

Aunque sea a mirar ya que no compraría nada debido a mis padres, son tan presumidos y delicados por todo.

Y bueno yo también soy una engreída pero que puedo hacerle? soy una víbora cuando me lo propongo.

Recordé hace 9 años cuando le robé el novio a una amiga que tenía, diablos soy de lo peor debería odiarme a mí misma.

Pero no yo me amo y me creo superior a las demás debido a mi hermoso cabello rubio dorado y mis ojos tan claros.

Guardé mi pequeño espejo ya que casi lo beso debido a mi narcisismo y la gente me mira raro.

Salí de la vineria y compré lo que necesitaba pero antes de salir del centro comercial recordé que debía ir al banco.

Debo sacar el dinero que mi padre debió sacar pero no lo hizo, no sé porqué me mandó nisiquiera sé de estas cosas.

Soy media estúpida tal vez porque soy rubia, jajajajajajaja me hago bromas a mí misma.

El banco quedaba frente al lugar y retrocedí al ver a un vagabundo acercarse a mí, hice un gesto de desaprobación e intenté evitarlo.

No quería que me tocara y tampoco lo quería cerca, esas personas tienen miles de enfermedades y bacterias.

Ugh.

- Señorita tiene algún euro? mis hijos no tienen para comer....

- No es mi problema señor si sus hijos comen o no, mejor no se me acerque no quiero que me contagie - hice un gesto de asco y me alejé huyendo del vagabundo.

No soporto a esas personas y no les doy ni un centavo, que mueran si quieren a mí no me importa.

Entré al banco y agradecí por dentro al ver a muchas personas ya que como no sé usar las tarjetas le diré a alguien que me ayude.

No tengo idea de como se utiliza esta cosa y ya que, tendré que perder la vergüenza y preguntarle a alguien.

Pegué un brinco al escuchar que las puertas de vidrio se rompían y volteé asustada.

Habían varios hombres enmascarados y vestidos de negro eran como 6 tal vez, lucían aterradores y eran demasiado altos.

- Dame todo lo que traigas!! - ordenó uno de ellos a la chica que había más cerca.

Ella negó con la cabeza y el hombre la golpeo con la pistola justo en el rostro, todos estábamos inmóviles y ninguno podía salir.

Estaba muy asustada y sin saber que hacer si les doy el dinero probablemente no me hagan nada pero mi padre me matará (literal)

- No les daré nada - gritó la chica.

El hombre cargó la pistola y le disparó en la cabeza, grité del horror y solloze del miedo.

Las demás personas seguían inmóviles sin saber que hacer o decir yo era la única que lloraba.

Uno de esos hombres me miró fijamente y conectó su mirada con la mía, algo extraño sucedió ya que hizo que calmara mis sollozos me quedé perdida en su mirada.

El segundo disparo me sacó del trance empecé a gritar y a querer huir, algunas chicas comenzaron a gritar también y los chicos querían defenderse de esos hombres.

Pero los mataron y al intentar huir uno de ellos me tomó del cabello haciéndome gritar.

- Suelteme!! - grité con desesperación.

- No saldrás de ésta - me susurró en el oído amenazándome con la pistola.

- Porfavor no me mates.

Se escuchaba el ruido de las sirenas y eso indicaba que la policía estaba cerca, intenté soltarme pero el hombre me detuvo jalandome del cabello.

Me arrastró alejándome de las demás personas y pegué un grito de horror al ver a mucha gente esparcida en el suelo muerta.

Me cubrió el rostro con una tela negra gruesa e intentaba respirar pero me era imposible, sentía que me faltaba el oxígeno y mis ojos se cerraron involuntariamente.

Síndrome De Estocolmo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora