Run » Yoonmin

1. Jimin.

No. No sé en qué momento se me ocurrió la idea que apostar con Jin en un maldito vídeo juego podría llevarme, quizás, al arrepentimiento. No se qué me pasó por la cabeza que aquello podría ser una buena idea.
—Hagamos una apuesta—dije mientras mantenía mis ojos marrones claros frente a la pantalla.
— ¿Huh?—dijo mientras estiraba una de sus manos y agarraba bocadillos con ella mientras que con la otra trataba de mantener el joystick para no perder—. ¿Qué quieres apostar?
—Si pierdes—empecé a decir—, tendrás que limpiar mi cuarto.
Seokjin bufó.
—Eso lo hago todos los días.
— ¿Miedo a perder?—dije mientras sonreía arrogante.

Recuerden esto: mientras estén a tiempo, cállense, sino la pueden joder muy fuerte. Como yo.
— ¿Disculpa?—Seokjin negó con la cabeza—. Muy bien, pequeño. Si yo gano... tendrás que darme tú habitación.
Era cierto, en aquel tiempo yo dormía solo, en una habitación solo para mí. Pero era tan bueno en este juego, que no sentí miedo ni por un segundo.
Pobre e iluso Park Jimin.
— ¿Que hacen?—Jungkook apareció en la sala mientras se restregaba los ojos. Seguro se despertaba recién de su siesta. Como todo bebe, él necesitaba tomar una.
—Jugamos—respondió Seokjin—. ¿Y bien? ¿Qué dices, Park? ¿Aceptas la apuesta?
—Bien—dije mientras apretaba la mandíbula.

Si hubiera podido, me hubiera golpeado en la cara. Muy fuerte. Miles de veces.
Pero media hora después, veía como mi jugador estaba muerto en el suelo gracias al de Seokjin.
Éste rió mientras se levantaba victorioso.

—Iré a mover mis cosas a MI habitación. Suerte con Yoongi—me tiro un beso mientras se iba dando saltitos por el pasillo.
Gruñí y suspiré. Bueno... no es que fuera malo. No me llevaba mal con Min Yoongi, teníamos una buena relación de amistad y la verdad lo admiraba muchísimo.
¿Qué podría salir mal de esto?
Solo había una respuesta: todo.

Yoongi estaba escuchando su música cuando entré a la habitación llevando mi maleta de ropa. Me miro levantando las cejas y se quitó los auriculares.

—Así que... ¿es cierto?—dijo y señaló la maleta—. A partir de ahora eres mi compañero de cuarto. O eso dijo Jin mientras sacaba sus cosas de ésta habitación con una sonrisa radiante, como las que solo hace él.

Maldito seas Kim Seokjin. Y maldito sea yo.
—Sí—dije mientras suspiraba y ponía la maleta en la cama para abrirla y empezar a sacar la ropa para ponerla en el armario que antes era de Seokjin.

Lo bueno es que a mí me quedaba espacio de sobra en aquel armario porque no tenía tanta ropa como la de Seokjin. Y mi estilo era particular. La mayoría de mis ropas eran blancas, negras o grises; alguna vez algo de color... cuando me obligaban a no verme como un «emo».
—Bueno...—Yoongi habló y cuando giré un poco la cabeza, estaba rascándose la nuca—. No voy a ponerte la regla de que seas ordenado; pero mientras no toques mis cosas... todo estará bien.
—Sí, Min Yoongi—dije mientras me sentaba en la cama y lo miraba con gesto divertido—. No tengo intenciones de tocar tus tangas de leopardo.
Yoongi bufó y me tiró una almohada mientras me reía de su expresión.

—Tienes suerte de que me caigas bien, Park Jimin—dijo éste para luego volver a ponerse los auriculares, ignorándome por completo.

Entonces seguí poniendo mis cosas en los lugares donde no estaban colocadas las cosas de mi compañero de habitación.

Observé una puerta, adivinando que era el baño; ya que cada habitación tenía un cuarto. Empecé a poner mis cosas de ducha y mi cepillo de dientes donde correspondían.

Pude observar que Yoongi estaba escribiendo algo en una libreta aún teniendo sus auriculares puestos. Siempre hacía eso. Quizás alguna letra para una canción que quedaría en el olvido ya que a los managers no les gustaba o quizás pequeños raps para algún próximo mixtape.

El primer día u noche, con Yoongi no fue nada de otro mundo.

Pero no sabía que pronto, poco a poco, eso iba a cambiar.

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