41. Jimin.

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Dicen que cuando quieres decirle algo a alguien pero no puedes, tienes que escribirlo, porque así al menos el peso se va un poco de tus hombros.

Así que eso me encontraba haciendo. Había faltado a la practica por primera vez en mucho tiempo, me encontraba escondido en uno de los salones mientras tenía un cuaderno entre mis piernas. Y empezaba a escribir.

  •  

Me hiciste heridas en el corazón, con palabras duras y mucha facilidad, sin ni siquiera decir «lo siento». 

Vuelvo a consolarme a mí mismo, me pongo nervioso si pienso que vas a abandonarme. Pero ya lo hiciste.

En mí interior lo sé, sólo quiero que te quedes. "Vamos a dejarlo pasar poco a poco", pienso con esperanza, esperando que puedas enamorarte de mí, esperando que por fin puedas sentir algo por mí, no lastima ni pena ni tristeza, algo más, algo más lindo. 

Me subestimas, crees que soy débil y frágil, pero así eres tú. 

Y aún así quiero que te quedes conmigo. 

¿Es egoísta quererlo? ¿Desearlo? Que me elijas y me escojas sólo a mí, porque yo te elijo y escojo solo a ti. Aún cuando duele, lo hago. Te odio muchísimo pero te amo

Te amo. Ya no podré decirlo. 

No hay nada más que quiera ahora. Ni siquiera sé si me late el corazón. En vez de estar hablando felizmente con otros, preferiría estar contigo... aunque sea en un silencio incomodo. 

Pero quédate donde tenga que ser. Quiero verte brillar, quiero verte feliz en lo que decidas, quiero verte cumplir tus sueños... aún cuando yo no pertenezca en ellos. 

Pero debes tener claro esto: Cuando venga la oscuridad, yo seré tú luz. En éste mundo mentiroso, tú eres mi única verdad

Antes que la noche, la tristeza y la pena me atrape, quédate conmigo. ¿Me quieres? Aunque sea un poco, es lo que siempre me pregunto. Si sientes lo mismo que yo, no te vayas. 

No preguntes por qué tienes que ser tú, el corazón no elije de quién enamorarse, sólo quédate. 

No espero nada ahora mismo. Sólo quédate conmigo. 

  •  

Arranqué aquel papel de mi cuaderno, sequé mis lágrimas y lo puse en mi mochila. No sabía si alguna vez se la podría entregar, estaba seguro que no, porque él ya había elegido su camino. Y ese camino era Jungkook.

Y yo seguía estancado en él. 

Llegué tarde a la practica y claramente, me retaron. Aunque no le tomé mucha importancia a lo que decía el coreografo.

—Tienes que tomarte ésto más en serio—escuché que decía. Podía ver a Seokjin agarrando su camiseta y retorciéndola entre sus dedos, siempre hacía eso cuando estaba nervioso—. ¿Acaso quieres perder todo lo que lograste y ser un don nadie?—siguió diciendo. Pero aún no le tomaba en cuenta—. Mírame cuando te hablo, pequeño insolente. 

Y entonces sentí sus manos agarrando mis hombros y agitándome haciendo que me alarmara. ¿Acaso éste señor se atrevió a tocarme? Pude ver como Namjoon se acercó a él pero antes de que lo quite de mí, lo empujé haciendo que tropezara. 

—Ni mi padre se atrevió a tocarme ni una vez en su vida—dije—, no voy a dejar que tú lo hagas. Y acuérdate de ésto: el que puede perderlo todo, eres tú, no yo. Porque ya perdí lo que más quería, así que no me toques los huevos, ¿ok? 

—Jimin—escuché que Taehyung me llamó cuando me alejé para agarrar mi mochila—. Jimin, espera...

—No—me enfrenté a él—. No, Taehyung. Esta vez necesito estar solo. 

Había evitado la mirada de Yoongi pero ya no podía, sus ojos oscuros miraban los míos y también noté que Jungkook estaba a su lado, agarrándole del brazo. Sonreí antes de agachar la cabeza y darme vuelta para salir de aquel lugar.

Sí, ya perdí.


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La mayoría de las palabras escritas en la carta de Jimin, son de Stay de BlackPink y otras originales mías. 


You never walk alone.

Run » YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora