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   Abrí los ojos por fin. Luego de estar en un trance en mi cama por no querer despertarme y levantarme de la cama. Me sentía aun cansada pero el ruido que estaba haciendo mi tia en la cocina me lo hacía imposible y desperté completamente. Creo que debería cambiar las cerraduras de la casa para evitar este tipo de situación.  
  Me digne en salir de mi cuarto para presenciar un mar de "cupcakes" por toda la cocina.
—¿que es esto?— deje escapar de mi boca.
Mi tía se viró al escucharme
—¡Por fin, La bella durmiente se despertó! Tienes que estar lista a las 10:00.— me dijo con toda la autoridad del mundo.

—¿porque?— le pregunté

—Vamos a visitar a Marta.— Mi tía me contestó y me dio la espalda para continuar con lo que estaba haciendo

—¿por que tantos bizcochos?— le pregunté confundida.

—no podemos llegar con las manos vacías a un "BBQ"— me dijo como si fuera obvio que yo debería saberlo.

—No... no quiero— mi tía cuando me escucho se viró automáticamente hacia mi con una de sus cejas alzada.

—No seas boba, si no tienes nada pendiente para hoy ya verifique y Lilliam se puede quedar sola en la tienda— Laura me observa por un segundo y Continuó —Marta nos invito con mucho cariño y yo ya le confirmé. Será bueno para ti cambiar el panorama. Me preocupa que siempre estés aquí encerrada.— me está manipulando emocionalmente.

  Yo me fui apresurada hacia mi cuarto cerrando la puerta detrás de mi. Tirándome en la cama de mala gana pataleando y gritando con una almohada sobre mi cara para liberar el stress. Después de agotarme por la "perreta" que hice en la soledad de mi cuarto, fui hacia la cocina en dónde mi tía Laura aún estaba haciendo bizcochos.

—okay, voy a ir pero no me obligues a saludar a nadie—

—Cualquiera diría que té estoy matando— Laura tiene el descaro de mostrar una cara de ofendida. Mejor la ignoró y me voy a vestir porque sino termino de explotar. Cuanto me gustaría poder gritarle algunas groserías. Pero soy una persona con modales.

  Antes de vestirme bajé hacia la tienda, Lilliam estaba organizando unos frascos de cristal poniéndole etiquetas. Alzó la cabeza y me miro con una cara de pocos amigos.—te compadezco, no sé cómo puedes aguantarla. Definitivamente eres una santa—

Me imagino que mi tía también le hizo un numerito a Lilliam.—¿Que te dijo?— le pregunté sin ningún asombro.

Lilliam suspiró y meneó la cabeza —a mi nada, eres tu la que me preocupas estas emitiendo vibras de ansiedad. Deberías aprender a defenderte mejor.

—Se que no lo hace con maldad, pero no puedo negar que aveces quiero matarla— Le sonreí a Lilliam para que no se preocupara más
—pero si me quieres hacer un favor préstame tu camisa.—

Lilliam me miró por un momento y sin cuestionarlo me dijo que si. Me siguió a mi cuarto y me tiro su camisa negra a la cama y escogió una de mi closet. Antes de irse me dio una miradita – vas a estar bien no te preocupes–

  Me vestí con la camisa que me quedaba mucho más larga que a ella. Me puse por encima un jacket de color verde army con bolsillos grandes en el que guarde unas pequeñas fundas con algunas hojas y raíces secas que ayudan a disfrazar un poco los olores, agarrando en mis manos mi collar le di un pequeño apretón y me lo puse por debajo de la camisa para esconderlo. Ya me sentía mas preparada para la visita.

   Marta es la mujer más dulce del universo pero en el pueblo que ella vive todos los que lo habita tienden hacer mas territoriales y consientes de sus alrededores

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Marta es la mujer más dulce del universo pero en el pueblo que ella vive todos los que lo habita tienden hacer mas territoriales y consientes de sus alrededores. Prácticamente nunca tienen visitantes por esos montes y cuando hay algo nuevo tienden a ser mas curiosos y observadores. Cosa que me da pánico. Ya no es tan malo como antes pero aun me ponen nerviosa.
En la ciudad hay muchas personas de diferentes sitios y por lo que me cuenta hay muchos olores diferentes. Las personas en la ciudad no son tan territoriales pero en los pueblos pequeños aun guardan ese instinto de mantenerse en guardia al percatarse de visitantes.

Inmutable (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora