Inmutable (sin editar)

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E tenido un sueño recurrente desde que tenia seis años. Anoche me atormento de nuevo el sueño o recuerdo de lo que me sucedió. Una mañana de primavera, me encontraba jugando en el patio detrás del invernadero. De repente llega una niña con dos trenzas en su cabello. Se me acercó y note que aguantaba una bola en sus mano. —quieres jugar?— La niña me dijo mostrando una sonrisa en la cual podia notar la ausencia de sus dos dientes delanteros. Asentí y jugamos por un buen rato cuando la voz de un niño nos interrumpió. Dos niños llegaron y nos invitaron a jugar escondites.

  El juego nos hizo adentrarnos al bosque. Me encontré rodeada por la maleza escondida perfectamente, un poco ansiosa por que no estoy acostumbrada a interactuar con personas de mi edad. Al parecer la niña y los dos niños son hermanos. Debe ser bonito tener hermanos. Será como tener amigos, y siempre tiene a alguien con quien jugar, nunca se aburrirán.
De manera inesperada alguien me agarra por el antebrazo trato de escaparme, pero me agarro con mucha mas fuerza trate de zafarme de su agarre pero mis intentos fueron inútil. El calentón que sentí en mi mano fue inmediato y el dolor se apoderó de mí. Aparentemente grite muy fuerte por que en un dos por tres mi abuela estaba ahí.—suéltala— dijo con autoridad al niño que parecía estar confundido por la situación. Me soltó de sopetón al darse cuenta que aun me estaba agarrando.
—esta exagerando... sólo jugamos de escondite—
El niño que era el mas grande de los tres hermanos tenia una cara de angustia. El trato de defenderse o justificar la situación.
Otra mujer que llego a la escena junto a mi abuela llamo al niño hacia ella. Mi abuela me llevo para dentro de la casa y me sentó en la mesa del comedor. Y me puso uno de sus cremas medicinales, esa era de un color verde oscuro y su olor era muy fuerte. El alivio fue inmediato. Me quede a dentro pues se me habían quitado las ganas de jugar y mi abuela me dejo sola por que tenia que atender a un cliente en la parte de abajo.

El niño que me había lastimado se asomo y entró, fue acercándose hacia mi con un poco de cautela. Me pone nerviosa.
—Perdón, No es mi intención asustarte...— me dijo el niño mirándome a los ojos cosa que me hace esquivar su mirada.
—mi mamá me dijo qué eres inmutable... ¿Es por eso que hueles tan diferente tan rara?—

¿Rara?...

Desde ese momento el miedo al ser percibida por mi olor Y mi afán por ocultarlo comenzó.