Kita: error del sistema

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Las semanas pasaban lentamente, a convertirse tres meses, pues ya era agosto... y era una tortura para él.

Akashi Seijūrō había dejado de ver a sus parejas sexuales en la oficina, pero Reo Mibuchi seguía yendo cada tercer día o una vez a la semana.

Olvidalo, él esta con Mibuchi-san— pensó mientras escriba un reporte. El haber dejado de recibir a sus amigas/amigos sexuales sólo significaba que el pelirrojo iba en serio con el pelinegro.

—¿No se supone que lo odiaba?— murmuró, mientras volvía enfocarse en el reporte.

—¿A quién odias?

—Waaaa— Soltó de la silla debido al susto — Me ha asustado, Mibuchi-san.

—Lo siento, Kō-chan— dijo ayudándolo a levantarse del piso.

—¿Qué sucedió?— preguntó Seijūrō saliendo de la oficina. Había escuchado el grito.

—Asuste a Kō-chan— dijo apenado.

—Fue mi culpa por estar distraído— dijo, sin mirar al pelirrojo.

—De todos modos lo siento. Bueno los dejó, tengo que ir a la constructora— dijo y le dio beso en la mejillas al pelirrojo —Adiós, Kō-chan.

—Adiós, Mibuchi-san. Tenga un buen día — Lo observaron abordar el elevador.

—Kōki trae la agenda— dijo Seijūrō regresando a la oficina.

Se estremeció al escuchar su nombre de la boca del pelirrojo. Ni con Kagami le había sucedido. Akashi Seijūrō lo estaba llamando así desde hace dos meses, y también había comenzado a tutearlo. Le preguntó el por qué y sólo dijo 'Porque quiero'.... Negó y tomó la agenda.

—Toma asiento— ordenó y comenzó a buscar un archivo —Estoy enviándote una presentación y un reporte. Imprímelos y memorízalos— Kōki asintió —Necesitó que reserves una... dos habitaciones en un hotel en Kita Akanabe para el viernes hasta el domingo. Me acaban de informar sobre una conferencia que voy a dar, y tú me vas a acompañar. También te envíe los trípticos, imprímelos y dóblalos. Salimos el viernes en la tarde desde aquí, así que trate tú equipaje. Serán dos días y regresamos. Papá nos deja libre el lunes y martes de descanso.

—Entendido ¿Cuantos trípticos desea que imprima?— preguntó, había anotado todo en la agenda.

—150— dijo, consultando las listas de invitados.

—Ahora mismo hago las reservaciones— se dispuso a abandonar la oficina.

—Sí. Que sea un buen hotel, y trae trípticos para ayudarte.

—Sí, Akashi-san— respondió y se marchó. Se golpeó las mejillas para bajar el rubor que había ocasionado la hermosa sonrisa —ughhh olvidarlo— se decía una y otra vez mientras imprimía los trípticos.

Media hora después Seijūrō salió y vio al castaño doblar los trípticos mientras leía el reporte —Kōki— dijo llamando la atención —Un socio me pidió almorzar con él. Regreso en dos horas. Deja eso y ve a almorzar— dijo acercándose al elevador.

Kōki sólo asintió, y la verdad es que si tenía hambre. Preparó todo y tras 10 minutos se dispuso a abandonar su puesto. Pero no fue posible, el elevador se abrió mostrando una hermosa mujer castaña de ojos verdes y grandes atributos —¿Se encuentra Se.. Akashi Seijūrō?— preguntó la mujer.

—No se encuentra ¿Deseaba algo?— preguntó examinando a la desconocida... Pero se le hacía familiar de algún lado.

—Bueno, verá .... La otra noche se quedó con algo mío y no me lo ha regresado— dijo guiñándole un ojo.

Del odio al amor hay un sólo pasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora