A pesar de la distancia y el tiempo, los demonios de su pasado nuevamente están aquí...
Corre Yuri corre... que el Lobo te va a atrapar
Yuri Plisetsky está cansado de huir de la sombra de su pasado, sin embargo, el miedo hacia Él es su más gra...
-Eres un idiota Yuratchka Plisetsky – escuchó el Yuuri japonés decir al rubio mientras entraba en la cocina, dirigió para tomar un vaso, pero inmediatamente el mayor lo arrebató de sus manos – ¡mierda Katsudon, déjame en paz! – gritó exasperado el menor intentando quitarle en vaso, sin embargo, el doctor era levemente más alto y era una considerable ventaja para él.
- ¡no vas a beber enojado Yuri y mucho menos a estas horas! – Katsuki también quiso unirse a la pelea y le gritó
- ¿quién te crees? Ni que fueras mi madre – masculló de forma despectiva
- ¡soy tu cliente y te necesito sobrio para que puedas ayudarme! – dijo casi gritando, enfrentándose al menor – y si fuera tu madre seria la madre más genial que podrías tener – hablo más calmado mientras le servía una taza de café a Yurio – así que te sientas a la mesa y te bebes ese café jovencito – la forma en que Katsuki dijo eso fue tan graciosa que logró sacarle una sonrisa y luego se sentó a la mesa.
-está bien mamá – se burló el menor antes de tomar un trago del delicioso café, luego ambos se miraron a los ojos y estallaron en estruendosas carcajadas, esa parte de él que nunca cedería sabía muy en el fondo que la presencia del japonés en casa le hacía bien
- ¿entonces qué pasó con aquel chico? – preguntó el azabache mientras se sentaba frente a él.
- ¿es real que te vas a tomar el papel de mi madre enserio eh? – Yuuri sonrió enternecedoramente o al menos eso sintió el rubio, tomó un trago más de su café suspiró – el imbécil piensa que soy un prostituto – el japonés soltó una carcajada escupiendo lo que aún quedaba de café en su boca
- ¿realmente dijo eso? – el rubio asintió – pues que imbécil –
-pfff ya lo sé, soy realmente estúpido –el mayor le miró analizándolo.
-espera un momento – dijo Katsuki –¿el realmente te gusta? – Yuri desvió la mirada y asintió.
-de hecho... ya dormí con el –
-espera – le interrumpió – han dormido juntos, pero, aun así, vino a tu casa y te trajo el desayuno... cielos Yuri, creo que ese chico quería algo serio – el aludido lanzó un gemido de frustración y se llevó las manos a la cara – rayos – susurró, cerró los ojos intentando buscar una forma de animar al rubio.
Y entonces los gritos de dolor de aquel muchacho hicieron eco en su mente y su rostro apareció
Lo siento
-mierda – exclamó levantándose súbitamente de la mesa y dirigirse al fregadero.
- ¿Qué diablos te pasa Katsudon? – exclamó el rubio mirando al otro extrañado
-tu amigo –
-Otabek – el doctor asintió – ¿Qué con él? –
-yo lo he visto antes – Yuri enarcó la ceja y el otro siguió hablando – él fue el primer sujeto de prueba – el rubio lo miró asustado – fue el primero y el único que ha sobrevivido una trasferencia de dones –
- ¿Qué? – fue lo único que salió de sus labios al escuchar tal declaración
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