Naruto estaba sentado en uno de sus sillones Sacco, con el casco en las rodillas y, estaba seguro, cara de atontado. No podía borrar la sonrisa de su cara, a pesar de que esa tarde tenía una importante reunión sobre el proyecto Parsifal —era la primera vez que se reunían en sábado— y él no estaba preparado para dirigirla. En lugar de pensar en los siguientes pasos que debía recorrer con su equipo para llevar a buen fin el proyecto, no hacía más que darle vueltas en su cabeza a lo sucedido la noche anterior.
Tenten hacía el amor con entusiasmo, aunque quizá era demasiado gimnástica y rápida para el gusto de Naruto. Él la había sujetado y retenido, tal como se hace con un perro demasiado nervioso. Cada vez que ella quería saltar a una nueva postura, él le recordaba con las manos y la lengua —y en ocasiones apretando su pecho contra ella— que debía tomarse las cosas con más calma. Él quería que la chica saboreara cada caricia, cada movimiento de la lengua.
Y Tenten, una vez se hubo tranquilizado, pareció gozar intensamente del encuentro. Naruto percibía que ella tenía mucha experiencia, pero pensó que probablemente estaba más acostumbrada a dar placer a los hombres que a gozar ella misma. La primera vez que hicieron el amor, él se había corrido demasiado pronto. Pero eso lo había puesto en una posición ventajosa la segunda vez y, usando la mano y con movimientos largos y lentos, había conseguido que ella también se corriera.
O al menos eso creía. Suspiró. Después de la noche con Tenten, su actitud era diferente. Le sorprendía que no le molestara haberse acostado con alguien a quien apenas conocía, y que seguramente cuando la conociera mejor no le iba a gustar como persona. Lo que habían hecho había sido saludable y divertido, y lo único que no le gustaba de practicar el sexo con una mujer casi desconocida era que nunca podías estar seguro de que tu pareja se hubiera corrido. Con su última novia habían acordado que ella nunca iba a fingir un orgasmo. Confiaba en que tampoco Tenten lo hubiera hecho, pero no lo sabía con certeza. Naruto se imaginó las caras de sus colegas, que dentro de media hora estarían sentados alrededor de la mesa, mirándolo. Ninguno de ellos se iba a sentir tan bien y tan relajado como se sentía él en ese instante. Pero tampoco tan poco motivado para trabajar, ni tan poco preparado. Esperaba que ellos no hubieran estado haciendo el indio tanto como él.
La hora de la reunión estaba cada vez más próxima, y él seguía sin poder concentrarse. Las imágenes de la última noche llenaban su mente: su mano acariciando la cintura y las caderas de Tenten, la manera en que temblaban los párpados de ella cuando la mano de él bajaba lentamente desde su cuello hasta los pechos. Se humedeció los labios y recordó los pezones de ella, y la sensación al aprisionarlos en su boca. Sintió que algo se movía en sus pantalones y se dijo que sería mejor que se concentrara en Parsifal, puesto que tendría que permanecer de pie durante casi toda la reunión.
Tenten era una chica simpática pero algo tonta. Si él no se hubiera comportado según las reglas de Sakura, no habrían tenido de qué hablar. Pero a pesar de todo, tenía ganas de telefonearle. No, no quería hablar con ella, solo encontrarse con ella para repetir lo de la noche anterior.
Ahora comprendía que en el amor y en la guerra todo vale. No era que su padre o Sasuke despreciaran a las mujeres con las que ligaban. Simplemente no les gustaban lo suficiente. El sexo con una desconocida —y para él Tenten era prácticamente una desconocida— podía ser muy divertido, pero después no había nada de qué hablar.
Su teléfono volvió a sonar pero él, tal como le había enseñado Sakura, no contestó. Aquello no iba a favorecer su vida profesional, pero Naruto, recordando la noche pasada, se dijo que bien valía el sacrificio. Se sentía un poco emocionado de solo pensar que aquello podía repetirse. Pensó en las mujeres que vendrían a la reunión: Elizabeth, Cindy y Susan. Él no quería líos con nadie que trabajara a sus órdenes, pero con Samantha era otra historia.
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Bad Boy » NaruSaku [Adaptación]
FanfictionSakura siente una atracción fatal por los chicos malos, casi siempre demasiado atractivos y peligrosos. Naruto, su amigo más querido, es, por el contrario, un chico bueno poco afortunado en amores. A Sakura se le plantea un gran reto cuando su amigo...