Capitulo 16

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Era casi la hora de la cena y antes de irse, los padres de Martin les habían dado una bolsa llena de comida que había sobrado del cumpleaños. Con lo exquisito que estaba todo se subieron al auto felices, y emprendieron el camino hacia tu casa.

- Te traje algo – le dijiste mostrándole el usb que te había dado una semana antes. Él abrió los ojos con sorpresa – Pero tienes que esperar a estar solo para escucharlo ¿Está bien?

- De acuerdo – Dijo un tanto frustrado – Sabes que me matas de ansiedad ¿Verdad?

- Un poco, pero es mejor así – Le dijiste pellizcándole la mejilla con cariño.

- Yo también tengo algo para ti – Dijo poniendo cara de cachorrito – Pero tienes que esperar a que estemos en tu casa.

- ¡Que vengativo! – Le dijiste golpeándolo suavemente en el brazo. Él se rió con malicia y sacó la lengua.

Fueron el resto del camino en silencio, solo interrumpidos por los breves reclamos de Ben de que el viaje sería más divertido si ponían la playlist que habías armado para él, pero te negaste rotundamente, de verdad querías que la escuchara cuando estuviera solo y además te encantaba ver las caras que ponía cuando te oponías a algo que decía.

Cuando llegaron te tiraste en el sofá y él fue directo a la cocina a calentar agua para el té y después a poner música. Se arrodilló enfrente tuyo, te quitó los zapatos, te desató el pelo y te alcanzó la bata que casi siempre usabas para andar por tu casa junto con tus pantuflas. Era amo y señor de tu departamento, y eso te reconfortaba porque cuando ibas a su casa hacías exactamente lo mismo. Era como si se sintieran mejor en el hogar del otro. Cómodos como en ningún otro lugar del mundo.

Mientras el agua para el té se calentaba, Ben fue hasta el cuarto y volvió vistiendo unos pantalones de pijama que ya había decidido dejar en tu casa junto con un par de pantuflas que se había "olvidado" una vez y nunca se había vuelto a llevar. No usaba remera porque siempre le daban calor.

- ¿Y mi regalo? – Le dijiste ansiosa.

- ¿Qué regalo? – Respondió el acomodando una bandeja con dos tazas enormes de té en la mesita del living.

- Dijiste que tenías algo para mí cuando te di el usb – Le recordaste arqueando las cejas, odiabas cuando se hacía el desentendido con algo.

- Ah, eso – Contestó restándole importancia y poniéndole limón a su te.

- ¡Benedict! – Le dijiste un tanto desquiciada.

- En realidad son dos cosas, también dije que tenía que decirte algo importante – Respondió dejando su taza sobre la mesa.

- Dime – Le dijiste poniéndote seria ya que él había puesto una expresión indescifrable de repente. Se puso de costado en el sillón para mirarte a los ojos y te tomó de las manos.

- Lo primero que tengo que decirte es que, eres perfecta y no solo eso, me haces feliz como nunca lo he sido en mi vida.

- Ben...

- Y mis amigos te adoran y cada vez que me encuentro con ellos me preguntan por ti y cuando voy a tener los cojones para formalizar lo que tenemos – Dijo apretándote las manos con fuerza – De todos modos no es por eso que quiero hacerte esta pregunta es porque, lo sabes, mis hijos son lo más importante que tengo y quiero que los conozcas, que conozcas a mi familia, a mis padres y poder decirles sin miedo que nos pertenecemos y que nos hacemos felices – A estas alturas ya estás con lágrimas en los ojos – Así que solo voy a decirlo sin más porque no quiero largarme a llorar antes de pedírtelo ¿Me harías el honor de ser mi novia?

Blue Velvet [Benedict Cumberbatch y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora