Blue Velvet [Benedict Cumberbatch y tu]

Capitulo 27

- ¡Voy a morir, de verdad voy a morir! ¿¡Puedes creerlo!?

- ¡¡No mueras!! ¡Felicidades preciosa! ¡Esto es increíble! Estoy muy orgulloso de tu trabajo.

El teléfono empezó a sonar. Corriste a atenderlo, Ben se quedó en la cama con los diarios abiertos de par en par.

- ¡¡Felicidades autora best seller!! Estamos conmocionados, de verdad no podemos creerlo todavía – Dijo un Robert extasiado al otro lado del teléfono.

- ¡¡Yo tampoco Rob!!

- En la editorial estamos que explotamos de felicidad y Frederick decidió que hay que celebrarlo a lo grande, además alguien tiene una propuesta para hacerte ¿Tienes para anotar una dirección?

- Claro.

- Tanner Warehouse, 50 Bermondsey Street. Nos vemos ahí a partir de las siete ¡Lleva a quienes quieras porque la fiesta es en tu honor! ¡Nos vemos!

- ¡Adiós Rob! ¡Ben! ¡La editorial hará una fiesta a las siete! ¿Puedes ir a buscar a tus padres y a los niños? Yo avisaré al resto – Dijiste corriendo a la cocina y sacando pizza fría de la heladera.

- Bien creo que iré a casa a buscar algo para ponerme y pasaré por lo de Sophie a buscar a los niños ¿Está bien? – Dijo un Ben que salía desde el cuarto despeinado, descalzo y con los jeans aún sin prender. Por supuesto atacó la pizza con más afán que tú misma – Siempre me gusta más recién sacada de la heladera.

- Lo sé ¿Verdad?

- ¡Felicidades! – Dijo y te besó con ternura – Creo que voy a arrancar ya mismo, lo malo de levantarse al mediodía es que las siete llegan demasiado rápido.

- Bien, lleva unas porciones para el camino.

- ¿Me las pondrías en una servilleta mientras termino de vestirme?

- Si no estuviéramos apurados insistiría más en desvestirte que en darte pizza en servilletas pero está bien.

- Podemos desvestirnos después de la fiesta ¿Qué dices?

- ¿Y los niños?

- Mis padres estarán encantados de que se queden en su casa esta noche.

- ¿Seguro?

- Debo ir a buscarlos ¡Adiós! ¡Te amo! – Dijo corriendo a la puerta, poniéndose el abrigo y metiéndose otra porción de pizza en la boca. Estabas locamente enamorada de ese hombre.

Por supuesto que las siete de la tarde llegaron rapidísimo, te habías juntado con Maisie a prepararte antes en su casa y cuando las dos estuvieron listas Ollie pasó a buscarlas en su auto. Cuando llegaste a la dirección que te habían indicado desde la editorial te encontraste con una infinidad de personas, no solo había amigos tuyos, la editorial había aprovechado el evento para seguir sacándole el jugo al libro y expandir sus fronteras de publicación a otros lugares. Lo que iba a ser una fiesta con tus amigos y en tu honor se había transformado, por lo menos en un primer momento, en una reunión de negocios. Robert no paraba de presentarte gente y de repetir que iban a salir cinco ediciones más de imprenta de cincuenta mil ejemplares cada una y que se iban a distribuir por Asia y todo América y tratabas de mantener la compostura en el lugar sin abrumarte demasiado para dar una buena impresión a toda la gente con la que te estaban haciendo hablar.

Cuando pudiste desocuparte y acercarte a los tuyos intentaste alcanzar una copa de uno de los mozos del lugar pero Kit y Hal corrieron a tus brazos y decidiste que tenerlos cerca iba a ser más reconfortante que el champagne más caro que podía pagar la editorial. Estabas exhausta y Ben se dio cuenta.